ASÍ APRENDIMOS A SER HOMBRES

Se trata de un escrito que se elaboró despues de leer el folleto preparado por OSA (Oficina de Seguimiento y Asesoría de Proyectos) en San José, Costa Rica. En el siguiente enlace puedes descargar el documento:

http://institutowemcr.org/publicaciones/libros/Asi_aprendimos_a_ser_hombres.pdf

 

En la siguiente página de NAKAWÉ, puedes encontras los escritos de las otras personas que hicieron el mismo ejercicio: http://nakawe.jimdo.com/nuestro-blog/


REPENSAR, DESAPRENDER Y REINVENTAR LAS RELACIONES

Por Nancy Olaya Monsalve

 

¡Hola todas y todos!!! Aquí estamos con la intención de compartir algunas reflexiones que suscitó la lectura de la cartilla “Así aprendimos a ser hombres”, un aprendizaje milenario y desafortunado que ha hecho mucho mal a nuestras organizaciones, colectivos, familias y personas.

 

Cuando pienso en la necesidad de reconfigurar las relaciones de género y las relaciones en general, mi imaginación se remonta hasta los albores de la humanidad. Existían otros tipos de relaciones, otras formas de organización e intercambio. Esto me da gran esperanza, porque también en nuestro inconsciente colectivo quedan poderosos resquicios de esas formas primigenias en donde las cosas eran distintas (la cartilla lo menciona de una manera sencilla y clara). Es una verdad que conocemos ¡Ese mundo existió, fue real!!!


Imaginemos una humanidad conformada por pueblos pacíficos, vinculados con el mar y con la tierra. Grupos sedentarios, amantes de las artes, el comercio y las buenas relaciones con sus vecinos. En sus tribus no existían diferencias jerárquicas entre los géneros. Su religión estaba basada la GRAN DIOSA, ¡qué bello!!! Esta información y otras muchas no son leyendas o mitos, es un conocimiento científico, no es el caso detenerme en ello, sólo quiero afirmar lo que dije en el párrafo anterior: ese mundo existió, hubo un tiempo en el que las relaciones de género eran equitativas, respetuosas, justas y reciprocas.¡Volvamos al comienzo!!!


En la cartilla se nos recuerda que todas y todos sufrimos las consecuencias del sistema patriarcal, cuya dinámica es violenta, excluyente e inequitativa desde el comienzo. Las culturas de corte androcéntrico impusieron por la fuerza y la violencia sus dioses masculinos, su cultura, su organización y absorbieron lo femenino a un rol secundario e inferior. ¿Cómo subvertir este orden injusto e inhumano?


La propuesta educativa de la cartilla trae algunas claves muy interesantes, destaco las más significativas para mí, sabiendo que no solo los varones deben vivirlas, aprenderlas y reconfigurarse en consecuencia, sino que nosotras mujeres, niñas y jóvenes, socializadas en este sistema debemos convertirnos, volver a los orígenes. Cada una somos una “Atenea”, una hija de Zeus, quien se comió a su compañera y a la madre de su hija. “La absorción de Metis por Zeus puede verse también como un símbolo de la transición de la historia de la cultura griega, desde una sociedad matrilineal a una sociedad masculina, mundo dominado por el ego” (Maureen Murdock en “SER MUJER, UN VIAJE HEROICO”). Me encantaría abundar en estas miradas, pero paso a señalar esas pautas educativas propuestas por la cartilla y que como digo, son claves pedagógicas para ellos y ellas:

 

  • Debemos trabajar con los niños, jóvenes y adultos varones la expresión y el manejo de las emociones y los sentimientos. Expresar nuestro enojo sin llegar a la violencia. Esto vale también para nosotras las mujeres. Fuimos absorbidas a la cultura patriarcal, “somos hijas del padre” (expresión de Maureen Murdock).
  • Debemos desarrollar nuestra sensibilidad, la capacidad de escuchar, dialogar, manejar las diferencias de manera pacífica… Trabajar en equipo, aceptar las ideas distintas.
  • Aprender a respetas y hacernos cargo del medio ambiente y sus problemas actuales.
  • Vivir sexualidad de manera autónoma, responsable y afectiva.
  • Nutrir el cuerpo y el alma, dejar emerger la intuición, la creatividad, el sentido del humor y aprender de los sueños…
  • Debemos entender nuevas formas de liderazgo, basadas en el compañerismo en lugar de la dominación, en la cooperación en lugar de la avaricia, en el dialogo en lugar de la imposición.
  • Borrar de nuestra vida, nuestras posturas y criterios, ese código masculino de "todo está bien", que usamos para ocultar los sentimientos más profundos y para negar nuestra vulnerabilidad, necesidad y deseos.
  • … … …

En este sistema, a las mujeres nos toca la peor parte, pero tanto a hombres como a mujeres, nos corresponde por igual el empeño de resignificar los rasgos de género, las tareas, las pautas de comportamiento, los valores y las expectativas de acuerdo a todo este avance de la conciencia. Si el machismo se expresa fundamentalmente en los llamados estereotipos de género, ideas simplificadas y distorsionadas, como bien lo dice la cartilla, debemos con todas nuestras fuerzas, capacidades y poderes:

 

¡CONVOCAR A MUJERES Y HOMBRES PARA QUE DECIDAMOS ABANDONAR LAS REGLAS PATRIARCALES, YA!!!