VOZ DE MUJERES

Nuestra manera de ver, escuchar e interpretar la realidad y los hechos históricos es distinta y evidencia una perspectiva que enriquece el ejercicio hermeneutico. En esta parte de mi web compartiré VOCES DE MUJERES, que nos ayudan a percibir desde una optica distinta y alternativa.

 

Quizas nos cambie la mirada, ojalá sea así. Quizas nos ayude a no caer en la tentación de pensar que existe solo una forma de narrar los hechos, solo una historia, solo una mirada... que generalmente es la de quien tiene el poder y a quien directamente beneficia esa forma "ÚNICA" de interpretar el mundo... 

 

ATRÉVETE A MIRAR DE OTRA FORMA, CON OJOS DE MUJER, CON OJOS DE LAS VICTIMAS, CON OJOS DEL GOLPEADO/A, DESPOJADO/A... sigue tu la lista... 

 

Braz de Aviz: «Entre el Vaticano y las monjas estadounidenses urge más diálogo»

ALESSANDRO SPECIALE

CIUDAD DEL VATICANO

 

La relación entre el Vaticano y las monjas estadounidenses no se puede reducir a un “muro contra muro” y, por parte de la Santa Sede, es la hora de abrir un camino de diálogo con las religiosas de Estados Unidos, que hasta hoy no ha existido: lo admitió el domingo pasado el prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, el cardenal brasileñor Joao Braz de Aviz, en la asamblea plenaria de las superiores religiosas de todo el mundo.

 

 «Es posible volver a un diálogo que no se ha hecho antes», dijo el purpurado en una entrevista de la Unión Internacional de las Superioras Generales (Uisg).

 

En abril, la Congregación para la Doctrina de la Fe, con la aprobación del entonces Pontífice Benedicto XVI, difundió un informe muy crítico sobre la Leadership Conference of Women Religious (Lcwr), el ente que representa al 80% de las monjas estadounidenses. El domingo pasado, en un lagro debate con las 800 religiosas que estaban presentes en Roma, el cardenal brasileño reconoció que no había sido informado de la investigación de la Congregación para la Doctrina de la Fe y de sus medidas antes de que concluyera, a pesar de que su dicasterio se ocupe de todo lo relacionado con la vida religiosa.

 

«Los cardenales no deberían desconfiar los unos de los otros», dijo el purpurado, según lo que publicó en un artículo la revista estadounidense National Catholic Reporter”. Braz de Aviz contó que tuvo un encuentro relacionado con el caso de la LCWR con el entonces prefecto del ex-Santo Oficio, el cardenal estadounidense William Levada, que se llevó a cabo después de que concluyera la investigación sobre las religiosas. «Obedeceremos lo que indique el Santo Padre y lo que decidan ustedes. Pero debemos decir que habríamos debido discutir sobre este material juntos, y no fue así», dijo entonces el purpurado brasileño, quien, además, indicó su profundo pesar por las tensiones entre el Vaticano y las religiosas de los Estados Unidos.

 

En la entrevista, Braz de Aviz alaba la nueva dirección de «comunión» que ha tomado el Papa Francisco, no solo «dentro de la Iglesia, sino en toda la humanidad»: «Si no nos damos cuenta de que la comunión es importante, nos falta humanidad».

  

Según el prefecto de la Congregación paa la Vida Religiosa, las tensiones y las “incomprensiones” entre el Vaticano y la LCWR no son solo «una cuestión de: “nosotros tenemos razón; ellas no tienen razón”, sino que exigen volver a un diálogo que no se ha hecho antes». «Las posturas son muy diferentes, también existe un programa que hay que seguir –añadió el cardenal–, pero no hay que excluir: debemos encontrar las vías para hacer las cosas».

 

FUENTE: http://vaticaninsider.lastampa.it/es/en-el-mundo/dettagliospain/articolo/stati-uniti-united-states-estados-unidos-24604/

Mujeres y hombres en la iglesia en busca de una nueva relación

Por Dolores Aleixandre RSCJ

 

1. CON UN CANDIL, como el de la mujer que perdió el dracma (Lc 15):
Llevar luz para ver la "marginación invisible" de las mujeres en una Iglesia "católica" (universal) pero excluyente. 

- Una Iglesia que ha decidido vivir con la mitad de sus células. Y eso repercute en la teología, la espiritualidad, la liturgia, la pastoral ... pasivo y ejecutivo. La teología, la tradición, la predicación, el lenguaje de la Iglesia siguen siendo percibidos, centrados y dominados por los hombres.


-Una Iglesia que sigue reforzando los mecanismos culturales de un discurso que nos magnifica como esposas, madres o vírgenes y nos sigue envolviendo en imágenes de nupcialidad, fidelidad, amor, don, silencio y sacrificio.
 
Ver cómo el tema no nos afecta sólo a las mujeres, sino a todos los convocados por el proyecto utópico del Reino:
- que desestabiliza los estereotipos y modelos mundanos, 
- que supone la inclusión de todo lo marginal,
- que descalifica cualquier pretensión de dominio.
 
2. CON UN CÁNTARO, como el de Raquel o la samaritana.
Lavar y limpiar algunos hábitos malsanos: los feminismos mesiánicos, las mayúsculas de exaltación, la herencia mal repartida, las lecturas interesadas, la clarividencia infusa de algunos y la paternidad confusa de otros, la automarginación de las mujeres ...
 
3. CON UN ASIENTO, como el de Raquel sentada sobre los ídolos (Gen 31,33ss).
“Sentarnos”  sobre palabras-ídolo: “Deseo de poder”, “neutralidad", "objetividad", "justo medio" ...
 
4.  CON UN TAMBOR, como el de Miryam, la hermana de Moisés (Ex 15).
Celebrar la alegría de los pequeños pasos que se van dando en dirección hacia una Iglesia en la que el acento no esté puesto en la dualidad clérigos/laicos, hombres/mujeres, gobernantes/gobernados ..., sino en la comunión que nace de integrar la diversidad en la unidad y la creatividad en la solidaridad. Apoyar y unir fuerzas allí donde algo se está moviendo en favor de la mujer y en esa tarea, combinar la prudencia y la audacia, sin separar la esperanza de la astucia ni la radicalidad de la flexibilidad.
 
5 . CON UN TELAR, como el de la mujer de Pr 30 ...
Diseñar un nuevo tejido relacional entre hombres y mujeres en la vida cotidiana. Se trata de hacer experimentar cómo buena y deseable es esa manera de relación que hoy aparece como nueva y emergente, pero a la que no accederemos sin que otros nos hayan mostrado su valor. Emprender creativamente nuevos caminos relacionales, promover espacios de encuentro y conocimiento mutuo en los que se pueda reflexionar serenamente, tejer solidaridades, proyectar y emprender acciones juntos.
 
Cuando, según el Deuteronomio, Moisés envió a doce del pueblo para explorar la tierra, ellos volvieron diciendo: "Es buena la tierra que el Señor nuestro Dios va a darnos" (Dt 1,22-25). Empleando la misma imagen, si llegamos a hacer la experiencia de un modo diferente de relacionarnos, podremos dar testimonio de que vale la pena el esfuerzo de caminar en esa dirección. 
 
1. Hacer posible que cada uno posea una autonomía tal que le permita respetar al otro en la alegría, la ternura, el amor, la reciprocidad y establecer una forma de relación en la que desaparezcan los recelos y las descalificaciones, los prejuicios,  los complejos y las falsas paternidades y filiaciones que van siendo sustituidas por el reconocimiento mutuo, el trato cordial y fraterno, el respeto hacia lo diferente.
 
2. Promover la plena participación de las mujeres en la vida de la Iglesia y de la comunidad, su compromiso por la justicia, la paz y la salvaguarda de la creación, su participación en la teología, la liturgia, la catequesis y la comunicación espiritual.
 
3. Soñar con las consecuencias que tendría para la evangelización el reconocimiento (efectivo, no teórico), de que todo miembro de la Iglesia es responsable de la misión evangelizadora y que todos, mujeres y hombres, hemos sido con-vocados comunitariamente para cumplir la misión que Jesús Resucitado ha confiado a sus discípulos.
 
4. Cultivar un modo relacional de conocer, valorando lo experiencial por encima de lo puramente conceptual e interesándose por todo lo humano, sin alejare de lo concreto.  Preferir una forma de expresión accesible y sencilla y cultivar un talante de autocrítica que aleje las suficiencias y rivalidades.
 
5. Cultivar el convencimiento de que vale más ganar terreno lentamente, que agotarse en discutir temas teóricos o de competencias.
 
6. Discurrir estrategias de sensibilización cultural y de educación no sexista y pequeñas plataformas de encuentro e intercambio de experiencias. Reconocer los dones y capacidades allá donde se encuentren sin repartirlas según los sexos. Promover el único modo de relación que es verdaderamente humano: el del respeto mutuo, la colaboración, el diálogo, el don y la acogida. Y del auténticamente cristiano que es un proyecto fraterno de hermanos y hermanas, compañeros igualitarios en un recorrido de fe en el que nos ayudamos unos a otros a caminar.
 

Carta a Francisco, Obispo de Roma

Hermano Francisco: nunca pensé que me dirigiría así a un Papa, pero como en tu saludo inicial no nos llamaste “hijos e hijas” sino “hermanos y hermanas”, siento que tengo permiso para hacerlo. Y me sale también un tú, aunque llenísimo de respeto, porque no me imagino llamando de usted a un hermano de verdad y el vos argentino no me va a salir.


En el diario “La Nación” del 14 de Marzo he leído que tu elección “ha resultado balsámica ” y me ha parecido un adjetivo perfecto para calificar lo que nos está pasando desde que nos saludaste desde el balcón, con aquel tono en el que se mezclaban la timidez y la confianza. Primer efecto balsámico : te vemos distendido y hasta bromista (¡qué maravilla, un papa con sentido del humor…!), sin dar en ningún momento la impresión de estar abrumado por el peso de esa responsabilidad agobiante y desmesurada que los Papas se han ido echando sobre los hombros, como si les tocara a ellos solos encargarse de toda la Iglesia universal. Como si no existieran los otros Pastores, como si el pueblo de Dios fuera un fardo con el que cargar y no una comunidad de hombres y mujeres capaces de iniciativa y con deseos de participar y de colaborar, como soñamos con el Concilio.


Tú, en cambio, estás consiguiendo comunicarnos la convicción de que ese camino que comienzas lo vas a hacer acompañado por todos nosotros. Qué manera tan franciscana por lo sencilla y tan ignaciana por su lucidez de señalar un nuevo estilo eclesial. Porque si lo que deseas es que se nos reconozca por la fraternidad, el amor y la confianza , empiezan a sobrar y a estorbar (hace tiempo que a bastantes ya nos estaban sobrando y estorbando…) tantas conductas, prácticas y costumbres en las que se han ido confundiendo la dignidad con la magnificencia y lo solemne con lo suntuoso. Resulta una sorpresa balsámica sentir que ahora te tenemos como cómplice en el deseo de ir cambiando esas usanzas e inercias que nadie se decidía a declarar obsoletas y ante cuya incongruencia habían dejado de dispararse las alarmas. No son cuestiones irrelevante, son indicadores que revelan una preocupante atrofia de los sensores que tendrían que haber puesto alerta, hace mucho, de que estaban en contradicción con los usos de Jesús. Así que bienvenida sea esa tarea que emprendes de volver a la frescura del Evangelio y a la radicalidad de sus palabras: ya nos estamos dando cuenta de que, en lo que toca a los pobres, no vas a darnos tregua.

 

Comienzas tu camino en momentos de extrema debilidad de la Iglesia: lo mismo que aquel joven que huyó desnudo en el huerto, a ella le han sido arrancadas las vestiduras con las que se protegía: secretismo, hermetismo, ocultamiento, negación de lo evidente. Pero es precisamente ahora, cuando aparece desnuda y despojada ante la mirada enjuiciadora del mundo, cuando se le presenta inesperadamente una ocasión maravillosa: la de revestirse por fin, únicamente, del manto de la gloria de su Señor.                             

 

Nos has confiado la tarea de sostenerte con nuestra oración y en estos momentos estoy pidiendo para ti unas cuantas cosas: paciencia ante el rastreo que la prensa está haciendo de tu pasado y que es una consecuencia de lo que dijiste a los periodistas: “Habéis trabajado ¿eh?, habéis trabajado…”. Pues eso, se han crecido y siguen trabajando. También pido que no te agobien más de la cuenta las expectativas descomunales que estás despertando y que te sientas muy libre (y muy hábil también) para elegir a quienes creas que pueden ayudarte en el gobierno de la Iglesia, aunque suponga un ERE para la curia.

 

Vas a encontrar muchas piedras en ese camino: críticas, resistencias y hasta zancadillas así que, siguiendo la recomendación de tu preciosa homilía el día de San José, trata de custodiarte un poco a ti mismo. Y por si no aciertas del todo, que se ocupen de ello las santas de la Iglesia de Roma: Cecilia, Inés, Domitila, Tatiana, Agripina, Demetria, Martina, Basilisa, Melania, Anastasia, Digna, Emérita, Martina, Sabina.

 

Han ido a buscarte casi hasta el fin del mundo y ha sido un acierto: gracias por haber aceptado quedarte, sin poder volver a recoger tus cosas. Menos mal que los zapatos que llevas parecen cómodos.

 

Muchos nos sentimos ahora responsables de rezar por ti, aunque no seamos de tu diócesis y nos alegra saber que estás también encargado de velar por la Iglesia universal. De pronto, está recobrando sentido llamar Papa al Obispo de Roma.

 

Que el Señor te bendiga, te guarde y derrame sobre ti el bálsamo de su paz.

 

 

Dolores Aleixandre rscj

 

FUENTE: http://www.oleadajoven.org.ar/publicacion.php?article_id=6159

 

La mujer en la Iglesia a la luz del 50 aniversario del Concilio Vaticano II

Autora: Dra. Marilú Rojas Salazar (mstl)

Acerca de la autora

 
Marilú Rojas Salazar es Religiosa Misionera de Santa Teresa de Lisieux y Doctora en Teología Sistemática por la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Miembro de la ATE (Asociación de Teólogas Españolas) y de la ESWTR (European Society Women Theologians and Research). Actualmente es profesora de la Universidad Iberoamericana de Puebla.

 

Introducción

 
Para nadie es nuevo reconocer que a distancia de hace 50 años hoy estamos en otra época, es decir, el Concilio Vaticano II fue celebrado en el marco histórico de la modernidad, mientras que hoy nos encontramos en la post-modernidad o, como aseguran algunos estudiosos, en la llamada trans-modernidad .

Enrique Dussel afirma que el concepto de trans-modernidad hace referencia a “esa radical novedad que significa la irrupción, como desde la nada. Desde la exterioridad alterativa de lo siempre distinto, de culturas universales en proceso de desarrollo, que asumen los desafíos de la modernidad, y aún de la post-modernidad europeo-norteamericana, pero que responden desde otro lugar. Desde el lugar de sus propias experiencias culturales…” .

Siguiendo el pensamiento de Dussel, la mujer en la sociedad actual está viviendo ante el reto del trans-modernismo, sólo que desde una experiencia de fe y de Iglesia todavía atrapada en la modernidad y aún antes; pareciera que en el espacio religioso y eclesial, en vez de avanzar dando respuesta a los retos de la época actual, se está involucionando y replegando hacia el medioevo.

La mujer de la trans-modernidad tiene el gran desafío de responder al reto de la sociedad actual desde la realidad de pobreza, exclusión, marginación y lucha por librarse de ser otra víctima de la violencia que aqueja a nuestros países. Una lucha de sobrevivencia por mostrar su identidad de sujeto a una sociedad que la utiliza como pieza de cambio o que en otros casos la anula.

1. Contexto
Antes de entrar de lleno a la reflexión de la situación actual de la mujer en la Iglesia, es necesario situarla en el contexto social actual, por lo que en seguida abordo esta realidad un cuanto compleja.

La feminización de la pobreza es un hecho que se constata cada vez más a lo largo del Continente Latinoamericano, y con mayor fuerza entre las poblaciones afro-amer-indias. De acuerdo a los datos estadísticos, el 60% de los pobres del mundo son mujeres. La UNICEF afirma que 60 millones de mujeres están desaparecidas o muertas a causa de la discriminación sexual; cerca de 3 a 4 millones de mujeres son golpeadas en el mundo cada año; las mujeres representan dos tercios de los analfabetas del mundo; la prostitución y el tráfico de niñas en playas y centros turísticos va en aumento; la discriminación que viven las mujeres indígenas y de origen afro es triple en comparación a la que sufre el hombre; los feminicidios en Ciudad Juárez han sido superados por los del Estado de México, lo cual nos muestra que la violencia de género se ha incrementado cada vez más.

A lo anterior debe sumarse la constatación del libre mercado de los cuerpos de las mujeres expuestos a la moda y a las exigencias de cuerpos esculturales para agradar a los hombres. Se pretende que la mujer se mueva dentro de los estándares de belleza establecidos por la dinámica patriarcal y neo-liberal, y con ello se preste a ser objeto de placer sexual o se someta a los roles de sumisión dictados por los hombres para que las “relaciones de pareja” funcionen; corriente al hecho de que varias mujeres se unen a dicha dinámica en plena libertad, olvidando su dignidad como tales.

Los datos que aquí se presentan no son toda la realidad, pero nos ayudan a situarnos ante el mosaico de complejas realidades que hoy día viven las mujeres en la sociedad.

La sociedad latinoamericana y el ser humano producto de la post-modernidad y de la trans-modernidad mantienen, en pleno siglo XXI, estructuras patri-kyriarcales-machistas que son trans-culturales, trans-epistémicas y trans-religiosas. El sistema patriarcal-machista atraviesa o cruza transversalmente las culturas (las ya existentes y las nuevas), los saberes y categorías epistemológicas (filosóficas) y las religiones (especialmente las monoteístas). Y a esto no escapan las iglesias, porque después de la pobreza, el machismo es el segundo problema que deben enfrentar las mujeres.

Debo ser honesta y afirmar que el machismo clerical es muchas veces peor que el ya imperante en la sociedad. Porque a éste se suma el privilegio que algunas instituciones dan a los ministros ordenados, así como la formación con rasgos misóginos o de poca apertura a la mujer y sus derechos que se recibe en los seminarios o casas de formación, no sólo de varones, sino también de mujeres religiosas (incluso en los centros de formación de laicos).

2. Reflexión
El Concilio Vaticano II dio un gran paso en la historia de la Iglesia al haber convocado a 23 mujeres a participar en el evento que transformó a la Iglesia y la puso de cara a la modernidad. Entre las participantes se encontraban 10 religiosas y 13 laicas. En el tema de incluir a las mujeres en el pensamiento del Concilio Vaticano II ha de reconocerse que fue Paulo VI quien dirigió un mensaje especialmente a ellas en la clausura del Concilio, el 8 de diciembre de 1965, y en el cual destacaba los siguientes puntos:

 

  • El Concilio, en voz del Papa, reconocía por primera vez en la historia de la Iglesia, públicamente y en un documento oficial, la igualdad de la mujer con respecto al varón: “Su innata igualdad con el hombre” .
  • El Papa Agradecía a las mujeres haberse liberado, lo cual llenaba de orgullo a toda la Iglesia, y con lo cual se deducía que la Iglesia no estaba contenta con el sometimiento de las mujeres a lo largo de la historia: “La Iglesia está orgullosa, vosotras lo sabéis de haber elevado y liberado a la mujer” .
  • Paulo VI hace referencia en su discurso a la vocación de la mujer como “ejercicio de un poder en plenitud”  el cual deben tomar y ejercer con el espíritu del Evangelio.
  • La tarea de las mujeres es humanizar, pues se advierte ya desde ese momento el riesgo de la deshumanización por parte del hombre, de la extinción de la especie y de la civilización humana.
  • Aunque el discurso da una cierta prioridad a las mujeres en su ejercicio y función de la maternidad como educadoras y formadoras de los valores y tradiciones humano-cristianas, también Paulo VI rompe el esquema e incluye a las mujeres solitarias, y a las no creyentes como transformadoras de la sociedad y constructoras de paz.
  • Se exhorta a las mujeres a conservar la audacia de las grandes empresas y a construir y transformar la sociedad desde la vida cotidiana.
  • El discurso se destaca por elevar a las mujeres como grandes maestras de humanidad y de cambio social desde la lógica de la paz. Una paz que implica la justicia.


La centralidad de la misión de la mujer en la Iglesia y en el pensamiento de Paulo VI es la de humanizar, transformar la sociedad, prevenir el desastre ecológico y evitar que la locura del hombre acabe con la especie humana. Según el discurso, esto no puede lograrse si no es a partir de la propia liberación de la mujer.

Así pues, la liberación de la mujer es la condición que Pablo VI  pone para hacer realidad la misión de las mujeres en la Iglesia y en la sociedad desde hace 50 años, y cabe aquí hacerse los siguientes cuestionamientos: ¿actualmente las mujeres hemos logrado liberarnos en el espacio eclesial o aún continúa la Iglesia siendo un espacio esencialmente masculino, sobre todo en el ejercicio de los liderazgos? ¿La vida religiosa femenina, las laicas y en general las mujeres miembros de la Iglesia se encuentran verdaderamente liberadas del “patriarcado de consentimiento o machismo estructural”? ¿Son respetados los derechos humanos y laborales de las mujeres al interior de las iglesias?

Si la respuesta honesta es no, entonces mujeres y hombres hemos colaborado a mantener un patriarcado o machismo de consentimiento, lo cual debe cambiar o se corre el riesgo de la involución, es decir, de volver a la esclavitud de las mujeres, a negar la dignidad de la mujer y su “igualdad ante Dios y ante la historia” .

El reconocimiento y la puesta en práctica de la doctrina del Concilio Vaticano II que es lo que se pretende celebrar a la luz de 50 años, necesita ser revisado con espíritu de gratitud, pero también con un profundo espíritu crítico, honesto y verdadero, para no caer en una simple celebración conmemorativa de algo que pasó, pero que no provocó cambios. No se trata de hacer una memoria del pasado como pieza de museo, sino una memoria histórica viva y eficaz.

Por lo anteriormente dicho, el siguiente y último espacio lo dedicaré al planteamiento de retos y desafíos, los cuales he recuperado de mi participación en el reciente Congreso Intercontinental de Teología celebrado en Brasil. Estos retos y desafíos los han planteado un buen grupo de mujeres teólogas, bíblistas, pastoralistas, eticistas, mujeres que han trabajado en las iglesias durante 40 años en América Latina y el Caribe.

3. Retos y desafíos

 
Actualmente hay un buen grupo de mujeres teólogas que están elaborando un “discurso teológico feminista” desde otras bases epistemológicas, antropológicas y ontológicas. Estamos ante el surgimiento de nuevas teologías feministas como sujetos emergentes que necesitan ser reconocidas y entrar en diálogo con las teologías de corte masculino.

Las iglesias han de reconocer que el patriarcado-machismo es un fenómeno que es trans-cultural, trans-epistémico, y trans-religioso del cual necesitan liberarse hombres y mujeres al interior de las iglesias, para después ser signo de liberación y cumplir la misión de humanizar y transformar la sociedad.

Las mujeres reconocemos que nuestra misión es la de ser humanizadoras, constructoras de paz desde la condición de la justicia, y esto sólo es posible desde la lógica de la equidad de relaciones entre los individuos, entre los seres humanos y el cosmos, y entre todos los seres con Dios.

Se constata que las mujeres en las iglesias todavía continúan siendo invisibilizadas a pesar de haber colaborado en la reflexión teológica, en los estudios bíblicos, en las comunidades eclesiales de base, en los procesos de inserción pastoral, catequética y aún en el ámbito académico. Lo cual plantea y demanda el reto y el derecho a ser visibles y al reconocimiento público en la vida de las iglesias.

El reconocimiento de los nuevos sujetos emergentes como: las teologías latinas, mestizas, indígenas, afro-americanas, feministas, continúan estando pendientes en las agendas de reflexión eclesial.

La superación del patriarcado de consentimiento por parte de las propias mujeres al interior de las iglesias se mantiene como un reto de praxis y de concientización progresiva. Por lo que el ecumenismo y el diálogo interreligioso deben incorporar las herramientas de la hermenéutica de género y del feminismo en el esfuerzo de erradicar el patriarcalismo-machismo de la religión y de las iglesias. De tal manera que el discurso teológico no contribuya a la exclusión-opresión de la mujer.

Por ser América Latina un continente intercultural y constatar el “surgimiento de nuevas culturas”, necesariamente ha de repensarse el paso de la inculturación  a la interculturalidad . En otro artículo posterior abordaré con mayor profundidad el tema, por ahora sólo menciono la necesidad de la interculturalidad como relación entre las culturas y sus valores éticos, de los cuáles también el mensaje cristiano ha de enriquecerse.

La reflexión de las mujeres ha evolucionado en su forma de autodefinirse, pues se pasó de la teología de la mujer hacia una teología de género,  de la teología de género a la teología feminista de la liberación,  de la teología feminista de la liberación a la teología ecofeminista,  y ahora se propone la evolución hacia una teología ecofeminista intercultural.

En el campo bíblico ya se ha avanzado en una hermenéutica desde la visión de género y desde la perspectiva de nuevos métodos de interpretación feminista de la Biblia. El reto que queda pendiente es beber de esas nuevas fuentes de reflexión para que de verdad la Palabra de Dios sea un signo liberador para las mujeres y hombres de la post- modernidad o de la trans-modernidad.

A nivel de la praxis también queda pendiente abordar los derechos laborales de las mujeres en las iglesias, parroquias y espacios de catequesis.

Conclusión

 
Las mujeres tenemos como reto permanente superar y transformar nuestros propios “patriarcados de consentimiento” para no terminar ejerciendo un liderazgo bajo los mismos esquemas y sistemas jerárquico-patriarcales modelados por los varones en las iglesias o haciéndolos más rígidos, conservadores y autoritarios.

Para lograr lo anterior deben mejorarse los esquemas de formación en la educación de niños y niñas, en los centros académicos y de catequésis de los y las jóvenes, en las casas de formación de religiosos y religiosas, y seminarios. Sin embargo, el mayor cambio y transformación posible debe lograrse en el seno de la formación familiar que cada mujer y hombre brinda a sus hijos e hijas.

Bibliografía

 
Amorós, Celia, Tiempo de feminismo: sobre feminismo, proyecto ilustrado y postmodernidad, Ediciones Cátedra, Madrid 1997.
Dussel, Enrique, Transmodernidad  e interculturalidad (interpretación desde la filosofía de la liberación), UAM, México 2005.
Paulo VI, Mensaje del Concilio Vaticano II a las mujeres,  Roma, 8 de diciembre de 1965.
Valerio, Adriana, Madri del Concilio. Ventitré donne al Vaticano II, Carrocci, Roma 2012.
http://www.olimon.org/uan/transmodernidad.pdf

Algunas notas sobre el texto:


[1] El término inculturación se refiere a un mensaje que se adapta y entra en el espacio de otras culturas, lo que presupone que, el mensaje tiene predominancia sobre las culturas, aunque se adapte. Para expresarlo mejor el P. Arrupe lo explicaba así: “la inculturación es un proceso de evangelización mediante el cual la vida y el mensaje cristianos son asimilados por una cultura de manera que no solamente se expresen a través de los elementos propios de esa cultura, sino que lleguen a constituirse también en principio de inspiración y al mismo tiempo en norma y fuerza de unificación que transforma recrea y relanza esa cultura”.


[2] La interculturalidad debe entenderse como inter-relación, aprendizaje y enriquecimiento mutuo de las culturas, “no existe una revelación ‘neutra’, sino que toda ella acontece en un contexto cultural determinado. Por lo tanto cuando el mensaje llega a una cultura, viene ya vehiculado por otra cultura y, en este sentido, más que una inculturación lo que sucede es un encuentro de culturas” (Consuelo Vélez), por lo tanto, la interculturalidad implica no sólo el respeto de los valores de cada cultura, también demanda el aprendizaje y enriquecimiento mutuo. Esto es válido también para el mensaje cristiano.

[3]La teología de género: según Virginia Azcuy, “muestra su capacidad de transformar y evidenciar las causas de la desigualdad entre varones y mujeres que se encuentran fijadas a partir de las diferencias biológicas”.

[4]Teología feminista de la liberación: la tarea de la teología feminista latinoamericana es la de contribuir a la liberación integral y a la construcción de nuevas formas de relación igualitaria entre los seres humanos y con los demás seres con los que se convive. No es sólo un movimiento libertario de las mujeres, sino de todos los seres humanos que por razón de raza, sexo, status, o credo son excluidos.

[5]
Teología ecofeminista: “pone en evidencia las vinculaciones de todas las formas de opresión y violencia, desde la opresión de las mujeres en el interior de la familia hasta la destrucción del planeta”. Hace un análisis crítico deconstructivo de los argumentos que asocian a la mujer con la naturaleza, y conectan a ambas como dos fuerzas que son dominadas, sometidas y controladas por los hombres.

 

FUENTE:

 

http://www.sanpablo.com.mx/vidapastoral/index.php?option=com_k2&view=item&id=163

 

LA ELECCIÓN DE UN NUEVO PAPA Y EL ESPÍRITU SANTO

Por Ivone Gebara. Escritora, filósofa y teóloga.

 

Después de la encomiable actitud del anciano Benedicto XVI renunciando al gobierno de la Iglesia Católica Romana se sucedieron entrevistas con algunos obispos y sacerdotes en estaciones de radio y televisión en todo el país. Sin duda un evento de tanta importancia para la Iglesia Católica Romana es noticia y conduce a predicciones, elucubraciones de variados tipos, sobre todo de sospechas, intrigas y conflictos entre los muros del Vaticano que habrían acelerado la decisión del Papa.

 

En el contexto de las primeras noticias, lo que me llamó la atención fue algo a primera vista pequeño e insignificante para los analistas que tratan asuntos del Vaticano. Se trata de la forma cómo algunos padres entrevistados o sacerdotes conductores de programas de televisión respondieron cuando se les preguntó sobre quién sería el nuevo Papa, saliendo por la tangente. Se referían a la inspiración del Espíritu Santo, o a su voluntad, como siendo el elemento del que dependía la elección del nuevo romano pontífice. Nada de pensar en personas específicas para responder a las situaciones mundiales desafiantes, nada para despertar una reflexión en la comunidad, nada de hablar de los problemas actuales de la iglesia que la han llevado a un significativo marasmo, nada que escuchar los clamores de la comunidad católica por la democratización de las estructuras anacrónicas que sostienen a la iglesia institucional.

 

La formación teológica de estos padres comunicadores no les permite salir de un discurso trivial y abstracto ya bien conocido, discurso que continúa recurriendo, como explicación, a fuerzas ocultas, y así, de cierta forma, confirmar su propio poder.

 

La continua referencia al Espíritu Santo a partir de un misterioso modelo jerárquico es una forma de camuflar los verdaderos problemas de la Iglesia y una forma de retórica religiosa para no revelar conflictos internos que ha vivido la institución.

 

La teología del Espíritu Santo continúa siendo para ellos mágica y expresando explicaciones que ya no pueden hablar a los corazones y a las conciencias de muchas personas que tienen aprecio por el legado del Movimiento de Jesús de Nazaret. Es una teología que sigue provocando la pasividad del pueblo creyente ante las múltiples dominaciones, inclusive la religiosa. Continúan repitiendo fórmulas como si éstas satisficiesen a la mayoría de la gente.

 

Me entristece el hecho de verificar una vez más que los religiosos y algunos laicos trabajando en los medios de comunicación no perciban que estamos en un mundo donde los discursos tienen que ser más asertivos y caracterizados por referencias filosóficas consistentes, además de la tradicional escolástica.

 

Un referencial humanista les haría mucho más comprensibles para el común de las personas, incluidos los no católicos y no religiosos. La responsabilidad de los medios de comunicación religiosos es enorme e incluye la importancia de mostrar cómo la historia de la iglesia depende de las relaciones e interferencias de todas las historias de los países y de las personas individuales. Ya es tiempo de abandonar ese lenguaje metafísico y abstracto, como si un Dios fuese a ocuparse especialmente de elegir al nuevo Papa, independientemente de los conflictos, desafíos, iniquidades y cualidades humanas. Ya es hora de enfrentar un cristianismo que admita el conflicto de las voluntades humanas y reconocer que al final de un proceso electivo, no siempre la elección realizada puede ser considerada la mejor para el conjunto. De enfrentar la historia de la iglesia como una historia construida por nosotros todos y todas y de testimoniar respeto para nosotros mismos/as mostrando la responsabilidad que tenemos todas/os los que nos consideramos miembros de la comunidad católica romana.


La elección de un nuevo Papa es algo que tiene que ver con el conjunto de las comunidades católicas esparcidas alrededor del mundo y no sólo con una élite de edad avanzada, minoritaria y masculina. Por lo tanto, es necesario ir más allá de un discurso justificativo del poder papal y enfrentarse a los problemas y desafíos reales que estamos viviendo.

 

Sin duda, para esto las dificultades son muchas y abordarlas requiere de nuevas convicciones y del deseo real de promover cambios que favorezcan la convivencia humana.

 

Me preocupa una vez más, que no se discuta más abiertamente el hecho que el gobierno Iglesia institucional sea entregado a personas ancianas que a pesar de sus cualidades y sabiduría, ya no son capaces de hacer frente con vigor y desenvoltura los desafíos que estas funciones demandan. ¿Hasta cuando la gerontocracia masculina papal será como un doble de la imagen de un Dios, blanco, anciano y de barbas blancas?


¿Habría alguna posibilidad de salir de este esquema o al menos de iniciar una discusión de cara a una futura organización diferente? ¿Habría alguna posibilidad de abrir esta discusión en las comunidades cristianas populares que tienen derecho a la información y a una formación cristiana más ajustada a nuestros tiempos?


Sabemos en qué medida la fuerza de la religión depende de desafíos y comportamientos fruto de convicciones capaces de sostener la vida de muchos grupos. Sin embargo, las convicciones religiosas no pueden reducirse a una visión estática de las tradiciones y tampoco a una visión deliberadamente ingenua de las relaciones humanas. Las convicciones religiosas igualmente no pueden reducirse a la ola de las más variadas devociones que se propagan a través de los medios de comunicación. Es más, no podemos seguir tratando al pueblo como ignorante e incapaz de formular preguntas inteligentes y astutas en relación con la iglesia. Sin embargo, los padres comunicadores creen estar tratando con personas pasivas y entre ellas muchos los jóvenes que desarrollan un culto romántico alrededor de la figura del papa. Los religiosos mantienen esta situación a menudo cómoda por ignorancia o avidez de poder. Probar la interferencia divina en decisiones que la Iglesia Católica Jerárquica, prescindiendo de la voluntad de las comunidades cristianas esparcidas por todo el mundo es un ejemplo flagrante de esta situación. Es como si quisieran reafirmar erróneamente que la Iglesia es en primer lugar el clero y las autoridades cardenalicias a las cuales es conferido el poder de elegir un nuevo papa y que ésta es la voluntad de Dios. A los miles de fieles corresponde solo orar para que el Espíritu Santo escoja al mejor y esperar a que el humo blanco anuncie una vez más el “habemus papam”.

 

De manera hábil siempre están tratando de hacer a los fieles, escapar de la verdadera historia, de su responsabilidad colectiva por el recurso a fuerzas superiores que dirijan la historia y a la Iglesia.

 

Es una lástima que estos formadores de opinión pública estén viviendo todavía en un mundo que es teológicamente y tal vez incluso históricamente, pre-moderno, donde lo sagrado parece separarse del mundo real y situarse en una esfera superior de poderes a la que sólo unos pocos tienen acceso directo. Es desolador ver cómo la conciencia crítica en relación a sus propias creencias infantiles no haya sido despertada, para su bien personal y en beneficio de la comunidad cristiana. Parece que hasta destacamos los muchos obscurantismos religiosos presentes en todas las épocas, mientras el Evangelio de Jesús continuamente convoca a la responsabilidad común de unos con los otros.

 

Conociendo las muchas dificultades enfrentadas por el Papa Benedicto XVI durante su corto ministerio papal, las empresas de comunicación católica sólo destacan sus cualidades, su entrega a la iglesia, su inteligencia teológica, su pensamiento vigoroso como si quisieran una vez más ocultar los límites de su personalidad y de su postura política no sólo como Pontífice, sino también, como presidente, por muchos años, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio.

 

No permiten que las contradicciones humanas del hombre Joseph Ratzinger aparezcan y que su intransigencia legalista o el trato punitivo que caracterizaron parcialmente su persona sean recordadas. Hablan desde su elección, principalmente como un papado de transición. No hay duda que es así. Pero ¿transición hacia dónde?

 

Me gustaría que la encomiable actitud de renuncia de Benedicto XVI pudiese ser vivida como un momento privilegiado para convidar a las comunidades católicas a repensar sus estructuras de gobierno y los privilegios medievales que esta estructura conlleva.

 

Estos privilegios tanto del punto de vista económico, como político y socio-cultural, mantiene al papado y al Vaticano como un Estado masculino aparte. Pero un Estado masculino con representación diplomática influyente y servido por miles de mujeres en todo el mundo, en las diferentes instancias de su organización. Este hecho nos invita también a reflexionar sobre el tipo de relaciones sociales de género que este Estado continua manteniendo en la historia social y política actual.

 

Las estructuras pre-modernas que todavía conserva este poder religioso necesitan ser confrontadas con los anhelos democráticos de nuestros pueblos en la búsqueda de nuevas formas de organización que se correspondan mejor con los tiempos y grupos plurales de hoy. Deben ser confrontadas con las luchas de las mujeres, de las minorías y mayorías raciales, de personas de diversas orientaciones sexuales y opciones, de pensadores, científicos y trabajadores de las más variadas profesiones.

 

Necesitan ser reelaboradas en la perspectiva de un mayor y más fructífero diálogo con otros credos religiosos y con las sabidurías esparcidas por todo el mundo.

 

Y para terminar, quiero volver al Espíritu Santo, a este viento que sopla en cada una/o de nosotros, este aliento en nosotros es más grande que nosotros, que nos aproxima y nos hace interdependientes con todos los vivientes.

 

Un soplo de muchas formas, colores, sabores e intensidades. Soplo de compasión y de ternura, soplo de igualdad y de diferencia. Este aliento o soplo no puede ser utilizado para justificar y mantener estructuras privilegiadas de poder y tradiciones antiguas o medievales, como si se tratara de una ley o una norma indiscutible e inmutable.

 

El viento, el aire, el espíritu sopla donde quiere y nadie debe atreverse a querer ser ni por una sola vez su dueño. El espíritu es la fuerza que nos acerca a unos con otros, es la atracción que permite nos reconozcamos cómo semejantes y diferentes, como amigas y amigos, y que juntos/as busquemos caminos de convivencia, la paz y la justicia.

 

Estos caminos del espíritu son los que nos permiten reaccionar ante las fuerzas opresivas que nacen de nuestra propia humanidad, los que nos llevan a denunciar a las fuerzas que impiden la circulación de la savia de la vida, quienes nos llevan a des-cubrir los secretos ocultos de los poderosos. Por lo tanto, el espíritu se muestra en las acciones de misericordia, en el pan compartido, en el poder compartido, en la cura de las heridas, en la reforma agraria, en el comercio justo, en las armas transformadas en arados, en fin, en la vida en abundancia para todas/os. Este parece ser el poder del espíritu en nosotros, poder que necesita ser despertado en cada nuevo momento de nuestra historia y ser despertado en nosotros/as, entre nosotros/as y para nosotros/as.

 

FUENTE:

 

http://www.nuevatierra.org.ar/2013/02/la-eleccion-de-un-nuevo-papa-y-el-espiritu-santo/


Navegando los Cambios. Discurso Presidencial, Asamblea de LCWR 2012

Pat Farrell, OSF

El discurso que estoy a punto de dar no es el que yo me había imaginado. Después del tono encantador contemplativo que tuvo nuestra asamblea del verano pasado, yo había anticipado simplemente articular, desde las reflexiones de nuestra vida religiosa  contemporánea, algunas de las cosas nuevas que detectamos que Dios ha estado haciendo. Y, bueno, ciertamente sí hemos estado detectando cosas nuevas. Sin embargo, ¡la valoración doctrinal no era lo que yo tenía en mente!

 

¡Claro está que ha habido un cambio! Un movimiento grande en la Iglesia, en el mundo, ha caído sobre LCWR. Estamos en un tiempo de crisis y eso es muy esperanzador. Como ha indicado nuestra ponente principal, Barbara Marx Hubbard, la crisis precede la transformación.

 

Pareciera como si una transformación eclesial e incluso cósmica estuviera tratando de brotar y abrirse paso. Y a nosotras, por medio de la valoración doctrinal se nos ha dado la oportunidad de ayudar a darle a esta transformación un empuje. No estábamos buscando esta controversia. Sin embargo, no creo que sea casualidad que esta nos haya encontrado. No; hay demasiado sincronismo en los acontecimientos que nos han preparado para ello. La visita Apostólica galvanizó la solidaridad entre nosotras. Nuestra reflexión contemplativa grupal ha ido madurando nuestra profundidad espiritual. Se aproxima el 50 º aniversario del Concilio Vaticano Segundo. ¡Qué significativo para nosotras, que lo hemos tomado a pecho y hemos sido formadas por el Concilio! Esto nos hace reconocer con dolorosa claridad que ahora vivimos en un momento muy diferente. Por eso, con frecuencia encuentro que últimamente mi oración toma la forma de lamentación. Sí, ¡algo ha cambiado! Y ahora, aquí estamos, en el ojo de una tormenta eclesial, con un reflector que brilla sobre nosotras y un micrófono colocado en nuestras bocas. En todo esto, ¿Cuál es la invitación? ¿Cuál es la oportunidad? ¿Qué responsabilidad tenemos? Lo que nos recuerda nuestra declaración de misión de LCWR es que nuestro tiempo es sagrado, nuestro liderazgo es un don y nuestros desafíos son

bendiciones.

 

Creo que sería un error darle demasiada importancia a la valoración doctrinal. No podemos permitir que consuma una cantidad excesiva de nuestro tiempo y energía o que nos distraiga de nuestra misión. No es la primera vez que una forma de vida religiosa haya chocado con la Iglesia institucional. Tampoco será la última. Hemos visto una visita apostólica, la Comisión Quinn y una intervención directa del Vaticano a la CLAR y a los Jesuitas. Muchas de las fundadoras y fundadores de nuestras congregaciones lucharon durante mucho tiempo para la aprobación canónica de nuestros institutos. Algunas, incluso, fueron silenciadas o excomulgadas. Algunas de ellas, como en el caso de Mary Ward y Mary McKillop, fueron canonizadas más tarde. Hay una tensión inherente y existencial entre las funciones complementarias de la jerarquía y la vida religiosa, que no es probable que cambie. En un mundo eclesial ideal, los diferentes roles se mantienen en tensión creativa, con respeto y aprecio mutuo, dentro de un ambiente de diálogo abierto, para la edificación de toda la Iglesia.

 

La valoración doctrinal indica que actualmente no estamos viviendo en un mundo eclesial ideal.También pienso que sería un error darle demasiada poca importancia a la valoración doctrinal.

 

El impacto histórico de este momento es evidente para todas nosotras. Esto se refleja en el cuidado con que los miembros de LCWR han respondido y también se han abstenido de responder, en un esfuerzo de hablar con una sola voz. Hemos escuchado la preocupación de sacerdotes y obispos en conversaciones mas privadas. Es evidente en la oleada inmensa de apoyo de nuestros hermanos religiosos y de las personas laicas. Está claro que ellos/as comparten nuestra preocupación por la intolerancia que existe a la disidencia, incluso de aquellas personas con conciencias informadas, y de los continuos esfuerzos por restringir el rol de la mujer. Aquí les comparto selecciones de una de las muchas cartas que he recibido: "Me dirijo a usted porque estoy observando este momento pivote en nuestra historia espiritual planetaria. Creo que todos los fieles católicos deben de estar incorporados a sus esfuerzos, y que esta crisis se tratara como el catalizador del siglo 21 para tener un debate abierto y para permitir que una ráfaga de aire fresco atraviese todos los vitrales de esta tierra." Sí, hay mucho en juego. Y en medio de todo, sólo podemos seguir adelante con veracidad e integridad.

 

Espero que podamos hacerlo de una manera que contribuya al bienestar de toda la vida

religiosa y a la sanación de esta Iglesia fracturada a la cual tanto amamos. No es una cosa simple. Caminamos una línea muy fina. Gracias a Dios, caminamos juntas.

 

En el contexto de la presentación de Barbara Marx Hubbard, es fácil ver este momento de

LCWR como un microcosmos de un mundo en movimiento, anidado dentro del complejo e

inmenso cambio paradigmático de nuestros días. Los brotes nuevos que van surgiendo como consecuencia de la ruptura cósmica que estamos experimentando nos proporcionan un contexto más amplio. Muchas instituciones, tradiciones y estructuras parecen estar

marchitándose. ¿Por qué? Yo creo que los fundamentos filosóficos por los cuales hemos

organizado la realidad ya no se sostienen. La familia humana no está siendo servida por el individualismo, el patriarcado, una mentalidad mezquina o la competencia. El mundo está superando las construcciones dualistas de superior / inferior, ganar / perder, bueno / malo, y dominación / sumisión. En su lugar está brotando la igualdad, comunión, colaboración, sincronización, lo integral, la abundancia, la plenitud, la reciprocidad, el conocimiento intuitivo, y el amor. Este cambio, aunque doloroso, ¡es una buena noticia! Es el heraldo de un futuro esperanzador para nuestra Iglesia y para nuestro mundo. Como una parte natural del avance evolucionario, de ninguna manera niega o subestima lo que había antes. Tampoco hay razón de tenerle miedo a los movimientos cataclísmicos de cambio que giran a nuestro alrededor.

 

Tan sólo hay que reconocer el movimiento, entrar en la corriente, y dejarnos llevar por ella. De hecho, toda la creación esta gimiendo en un gran acto de dar a luz. El Espíritu de Dios todavía revolotea sobre el caos. Este poema familiar de Christopher Fry captura esta imagen: "El corazón humano puede extenderse hasta la longitud de Dios.

 

Frio y oscuro, puede que sea

Pero esto no es un invierno.

La miseria congelada de los siglos de rajaduras y rupturas comienza a moverse.

El relámpago es el relámpago de los témpanos.

El descongelamiento, la inundación, la primavera advenediza.

Gracias a Dios, nuestro tiempo es ahora.

Cuando el mal nos encara por todos lados

Sin irse hasta que tomamos

El paso más largo del alma que las personas puedan tomar

Los asuntos ahora son tamaño-alma.

 

La empresa es explorar el penetrarse en Dios ...” Christopher Fry – A Sleep of Strangers

Me gustaría sugerir algunas maneras que nos permitan navegar por los cambios grandes y pequeños que estamos experimentando. Dios, desde el futuro, nos está llamando. Creo que se nos está alistando para una fresca irrupción del Reino de Dios. ¿Qué nos puede preparar para ello? Quizás hay respuestas dentro de nuestro propio ADN espiritual. Las herramientas que nos han servido a través de siglos de vida religiosa siguen siendo, creo yo, una brújula que nos puede guiar ahora. Consideremos algunas, una por una.

 

1. ¿Cómo podemos navegar estos cambios? Por medio de la contemplación.

 

¿De que otra manera pudiéramos avanzar si no es desde un espacio de oración

profunda? Nuestras vocaciones, nuestras vidas, comienzan y terminan en el deseo de Dios.

 

Tenemos toda una vida de experimentarnos atraídas a la unión con el Misterio divino. Esa

Presencia es nuestro verdadero hogar. El camino de la contemplación que hemos estado llevando juntas es nuestra manera más segura de entrar a la oscuridad por donde Dios conduce. En situaciones de no avance, es sólo un tiempo suficientemente amplio de oración lo que permite que lo que quiere emerger se manifieste. Estamos, actualmente, en tal situación.

 

Nuestra sabiduría colectiva tiene que ser recogida. Ella germina en el silencio, como hemos visto durante las seis semanas posteriores a la emisión del mandato de la Congregación de la Doctrina de la Fe. Estamos esperando que Dios labre un conocimiento más profundo en nosotras. Con Jan Richardson oramos:

 

“Nos vacías, Dios, para que podamos cargarte, y tu nos llenas infinitamente sólo para que seamos vaciadas otra vez. Suaviza y robustece nuestros espacios interiores, para que podamos sostenerte a Ti con menos resistencia y portarte con una gracia más profunda.”

 

Aquí les ofrezco una imagen de la contemplación: la pradera. Las raíces de la hierba de la pradera son extraordinariamente profundas. La hierba de la pradera literalmente enriquece la tierra. Es lo que produce la tierra fértil de las Grandes Planicies (Great Plains). Las raíces profundas oxigenan la tierra y se descomponen tornándose en una tierra rica y productiva.

 

Curiosamente, una pradera sana necesita ser quemada regularmente. Se necesita el calor del

fuego y el que se remueva la misma hierba para llevar los nutrientes de las raíces profundas a la superficie, apoyando un nuevo crecimiento. Esto me recuerda de otra imagen similar. Existe un tipo de árbol de eucalipto en Australia, cuyas semillas no pueden germinar sin un incendio forestal. El intenso calor abre una grieta en la semilla y le permite crecer. Tal vez con nosotras también, hay partes más profundas de nuestro ser que son activadas solamente cuando las capas más superficiales son despojadas. Nosotras somos podadas y purificadas en la noche oscura. Tanto en la contemplación como en el conflicto somos abonadas para la fertilidad.

 

Como la quema de la pradera atrae la energía de las raíces hacia arriba y hacia afuera, la contemplación genera en nosotras acciones fructíferas. Por eso, la contemplación, es semillero de una vida profética. A través de ella, Dios nos moldea y fortalece para lo que hoy se necesita.

 

2. ¿Cómo podemos navegar por los cambios? Con una voz profética.

 

La vocación de la vida religiosa es profética y carismática por naturaleza, ofreciendo un estilo de vida alternativa a la cultura dominante. La llamada del Vaticano II, a la que nosotras tan concienzudamente hicimos caso, nos instó a responder a los signos de nuestros tiempos.

 

Durante cincuenta años las religiosas en los Estados Unidos han estado tratando de hacerlo:

ser una voz profética. Sin embargo, no hay garantía, que simplemente y en virtud de nuestra

vocación, seamos proféticas. La profecía es tanto un don de Dios, como lo es un resultado de un riguroso ascetismo. Nuestro arraigo en Dios tiene que ser lo suficientemente profundo y nuestra lectura de la realidad lo suficientemente clara para que seamos una voz de conciencia.

 

Es, por lo general, fácil reconocer la voz profética cuando es auténtica. Tiene la frescura y la libertad del Evangelio: abierta y favoreciendo a los desposeídos. La voz profética desafía la verdad. Con frecuencia se oye en ella un cuestionamiento del poder establecido y un llamado a poner en evidencia el dolor humano y la necesidad no cubierta. Ella desafía estructuras que excluyen a unos y benefician a otros. La voz profética nos apremia a escoger el cambio y a la acción.

 

Considerando otra vez los cambios grandes y pequeños de nuestro tiempo, ¿cuál sería la respuesta profética a la valoración doctrinal? Creo que sería humilde, pero no sumisa; arraigada en un sólido sentido de nosotras mismas, pero no farisaica; veraz, pero gentil y sin miedo absoluto. Haría preguntas sagaces. ¿Estaremos invitadas a ser podadas apropiadamente, y estaríamos abiertas a ello? ¿Es esta valoración doctrinal una expresión de preocupación o una manera de controlar? La preocupación se basa en el amor e invita a la unidad. El control a través del miedo e intimidación sería un abuso de poder. La institucionalización legitima de reconocimiento canónico, ¿nos empodera para vivir proféticamente? ¿Nos permite cuestionar con libertad y con conciencias informadas? ¿Realmente acoge la retroalimentación en una Iglesia que pretende honrar el sensus fidelium, el sentir de los fieles? En las palabras de Bob Beck, "Un cuerpo social sin un mecanismo para registrar la disidencia es como un cuerpo físico que no puede sentir dolor. No hay ninguna manera de obtener retroalimentación que comunique que las cosas van mal. Así como un cuerpo social que incluye poco más que la disidencia es tan perjudicial como un cuerpo físico que está en dolor constante. Ambos necesitan tratamiento."

 

Cuando pienso en la voz profética de LCWR, en concreto, recuerdo la declaración en el discurso civil de nuestra asamblea del 2011. En el contexto de la valoración doctrinal, me habla ahora de una manera totalmente nueva. San Agustín expresó lo que se necesita para el

discurso civil, con estas palabras: "Ambos lados dejemos la arrogancia, no clamemos que ya hemos descubierto la verdad. Busquémosla juntos como algo desconocido para ambos.

Sólo entonces, podremos buscarlo, cariñosa y tranquilamente, si no existe de la audaz presunción de que ya ha sido descubierta y poseída.”

 

De manera similar, ¿Cómo sería una respuesta profética a los grandes cambios paradigmáticos de nuestro tiempo? Espero que pueda incluir tanto apertura como pensamiento crítico, y también inspiren esperanza. Podemos reclamar el futuro que deseamos y actuar ahora desde ahí. Hacerlo conlleva la disciplina de escoger donde queremos enfocar nuestra atención. Si nuestros cerebros, como lo sugiere la neurociencia, toma nuestro enfoque como una invitación para hacer algo realidad, entonces las imágenes y visiones que tenemos, son de gran importancia. Así es que, necesitamos envolver activamente nuestras imaginaciones para formar nuestras visiones del futuro. Nada de lo que hacemos es insignificante. Aun una pequeña elección consciente de valor o de conciencia puede contribuir a la transformación del todo. Podría ser, por ejemplo, la decisión de invertir energía en lo que nos parece más auténtico, y quitar nuestra energía e involucración de aquello de lo que no es. Este tipo de intencionalidad es lo que Joanna Macy llama activa esperanza, la cual es creativa y profética.

 

En este tiempo difícil de transición, el futuro necesita de nuestra imaginación y optimismo. En las palabras del poeta francés Rostand: “Es en la noche que es importante creer en la luz; uno tiene que forzar a que nazca el alba creyendo en ella.”

 

3. ¿Cómo podemos navegar los cambios? A través de la solidaridad con las personas marginalizadas.

 

No podemos vivir proféticamente, sin proximidad a quienes son vulnerables y marginalizados.

 

En primer lugar, es ahí donde pertenecemos. Nuestra misión es darnos en amor, particularmente a quienes están en extrema necesidad. Esto es lo que somos como mujeres

religiosas. Pero también, el punto de vista de las personas marginales es un lugar privilegiado de encuentro con Dios, cuya preferencia son siempre los excluidos. Hay una importante sabiduría que se obtiene de las personas que están en las márgenes. Los seres humanos vulnerables nos ponen más en contacto con la verdad de nuestros límites y nuestra confusa condición humana, marcada como es por la fragilidad, nuestra falta de totalidad y la lucha inevitable.

 

La experiencia de Dios desde ese lugar es una de misericordia completamente gratuita y de

amor empoderador. Las personas en los márgenes quienes tienen menos posibilidad e invierten menos en mantener apariencias, a menudo tienen la habilidad extraordinaria de nombrar las cosas como son. Estar con ellos y ellas nos ayudará a situarnos en la verdad y a

mantenernos honestas. Necesitamos ver lo que ellas ven a fin de ser voces proféticas para

nuestro mundo e Iglesia, aun cuando estemos luchando por balancear nuestra vida en la periferia con la fidelidad al centro.

 

Colectivamente las mujeres religiosas tienen inmensas y variadas experiencias de ministerios en los márgenes. ¿No ha sido el privilegio de nuestras vidas mantenernos en pie con los pueblos oprimidos? ¿No nos han enseñado lo que han aprendido para sobrevivir: entereza, creatividad, solidaridad, energía en la resistencia y alegría? Quienes viven diariamente con pérdidas pueden enseñarnos cómo hacer duelo y como soltar. Ellos también nos ayudan a ver cuando el desprendimiento no es suficiente. Hay estructuras de injusticia y exclusión que necesitan ser desenmascaradas y sistemáticamente removidas. Les ofrezco esta imagen de desmantelamiento activo. Estas fotos fueron tomadas en Suchitoto, El Salvador el día en que se celebraron los acuerdos de paz. Esa mañana, la gente salió de sus hogares con mazos y empezaron a destruir las fortalezas, para desmantelar la maquinaria de guerra.

 

4. ¿Cómo podemos navegar los cambios? A través de la comunidad

 

Las religiosas hemos navegado a través de muchos cambios en los últimos años porque lo

hemos hecho juntas. ¡Hemos hallado mucha fuerza una en otra! En los últimos cincuenta años transcurridos desde el Concilio Vaticano II nuestra forma de vida en comunidad ha cambiado dramáticamente. No ha sido fácil y sigue evolucionando, dentro del desafío muy particular de los EE.UU. de crear comunidad en una cultura individualista. No obstante, hemos aprendido lecciones invaluables.

 

Nosotras, las que estamos en posiciones de liderazgo, estamos constantemente retadas a honrar un amplio espectro de opiniones. Hemos aprendido mucho sobre cómo crear comunidad en la diversidad y celebrar las diferencias. Hemos llegado a confiar en las opiniones divergentes como vías de gran alcance a una mayor claridad. Nuestro compromiso con la comunidad nos compromete a ello, ya que juntas buscamos el bien común.

 

En nuestras congregaciones hemos pasado de manera eficaz, de un estilo de vida jerárquicamente estructurado a un modelo más horizontal. Y ello es bastante sorprendente,

teniendo en cuenta la rigidez en la que nos formamos. Las estructuras de participación y modelos de liderazgo desde la colaboración que hemos desarrollado nos han empoderado y

vivificado. Estos modelos pueden muy bien ser el regalo que ahora aportamos a la Iglesia y al mundo.

 

De una experiencia evolucionada de comunidad, nuestra comprensión de la obediencia también ha cambiado. Esto es de particular importancia para nosotras al estar discerniendo una respuesta a la valoración doctrinal. ¿Cómo hemos llegado a comprender lo que significa una obediencia libre y responsable? Una respuesta íntegra del mandato necesita salir desde nuestra propia comprensión de lo que es la fidelidad creativa. La hermana Dominica Judy Schaefer ha articulado bellamente los fundamentos teológicos de lo que ella llama ”obediencia en comunidad” o “discipulado atento.” Estos fundamentos reflejan la experiencia que hemos tenido a partir del Vaticano II de discernimiento comunitario y de tomar decisiones como una forma de vivir fielmente la obediencia. Ella dice: “Sólo cuando todos/as participan activamente en la escucha atenta puede la comunidad estar segura de que se ha mantenido abierta y obediente a la plenitud de la llamada de Dios y a la gracia en cada momento particular en la historia. “ ¿Acaso, no es esto lo que hemos estado haciendo en esta asamblea? La comunidad es otra brújula mientras navegamos hacia adelante. Nuestro mundo ha cambiado. Yo lo celebro con ustedes a través de las palabras poéticas de Alice Walker, en su libro titulado Tiempos difíciles requieren danzas furiosas:

 

El mundo ha cambiado:

Despierta y huele la posibilidad.

El mundo ha cambiado:

No ha cambiado sin tus oraciones,

sin tu determinación

de creer en la liberación y bondad;

sin tu danza a través de los años

a pesar de que no hubiera

un ritmo marcado.

El mundo ha cambiado:

No Cambio sin tus números

Tu amor feroz a ti misma y al cosmos

no cambio sin tu fuerza.

El mundo ha cambiado:

¡Despierta! Date el regalo de un nuevo día.

 

5. ¿Cómo podemos navegar los cambios? Con la No-Violencia

 

El desmoronamiento y el abrirle paso a un cambio paradigmático masivo es un proceso violento. Y a la vez, invita a nuestra fuerza interior a dar una respuesta no violenta. Jesús es

nuestro modelo en esto. Su inclusión radical incita graves consecuencias. El fue violentamente rechazado al ser percibido como una amenaza al orden establecido. Sin embargo, él no definió a nadie como enemigo, antes bien amó a los que le perseguían. Incluso en la aparente derrota de la crucifixión, Jesús no fue víctima. Se mantuvo de de pie ante Pilatos declarando que tenía poder para entregar su vida, sin que le fuera quitada.

 

Entonces, ¿qué significa la no-violencia para nosotras? Ciertamente, no es la pasividad de la víctima. Supone resistencia en vez de ser cómplice con el poder abusivo. Sin embargo, sí

significa aceptar el sufrimiento en lugar de transmitirlo. Se niega a avergonzar, culpar, amenazar o satanizar. De hecho, la no-violencia requiere que acojamos nuestra propia oscuridad y quebrantamiento en lugar de proyectarlo. Esto, a su vez, nos conecta con la fundamental unicidad que tenemos entre nosotras, aun en el conflicto. La no-violencia es creativa. Se niega a aceptar ultimátum y definiciones cerradas que no permiten intentos imaginativos de reformulación. Cuando sea necesario, yo confío que nombraremos y resistiremos comportamientos nocivos, sin represalias. Nosotras podemos absorber un cierto grado de negatividad sin drama ni fanfarrias, eligiendo no escalar o atacar a cambio. Mi esperanza es que por lo menos alguna medida de violencia tenga un alto con nosotras.

 

Aquí les ofrezco la imagen de un pararrayos. El rayo, es la carga eléctrica generada por el

choque de aire frío y caliente, y es potencialmente destructivo donde sea que caiga. Un pararrayos atrae la carga a sí mismo, canalizándola a la tierra y proporcionando protección. Un pararrayos no se queda con la energía destructiva, sino que permite que fluya a la tierra para ser transformada.

 

6. ¿Cómo podemos navegar los cambios? Viviendo en esperanza gozosa

 

La esperanza gozosa es el sello distintivo de un discipulado genuino. Aguardamos un futuro

lleno de esperanza, a pesar de que la realidad nos demuestre lo contrario. La esperanza nos

hace estar atentas a los signos de la irrupción del Reino de Dios. Jesús describe la venida del Reino con la parábola del grano de mostaza.

 

Pensemos por un momento lo que sabemos sobre la mostaza. A pesar de que puede cultivarse, la mostaza es una planta invasora, en esencia es una hierba mala. La imagen que

les muestro es de una variedad de mostaza que crece en el Medio oeste de Estados Unidos.

Algunos exégetas nos dicen que cuando Jesús habla de que la pequeña semilla de mostaza

crece hasta convertirse en un árbol tan grande que las aves del cielo vienen y construyen su

nido en él, estaba probablemente bromeando. Causa risa el imaginarse a las aves construyendo nidos en una pequeña y enclenque planta de mostaza. Es probable que lo que

Jesús realmente quiso decir es algo así como: “Miren, no se imaginen que al seguirme van a

ser como un árbol majestuoso. No esperen ser Cedros del Líbano o cualquier otra cosa que se parezca a un imperio grande y respetable. Sin embargo, aún la pequeña y enclenque plantita de mostaza puede sostener vida”. La mostaza, mas bien, es maleza, sin quitarle que es un hierbajo bello y medicinal. Siendo una especie llena de sabor, la mostaza también contiene maravillosas propiedades curativas. Puede ser cosechada para curar, y es ahí donde está su más grande valor. Y sin embargo, recordamos, que por lo general la mostaza es una hierba mala. Crece en cualquier lugar, sin permiso. Y lo más notable es que es incontenible. Se propaga prolíficamente y puede invadir campos enteros de cultivo. Incluso se puede decir que esta pequeña y molesta hierbecilla era ilegal en tiempos de Jesús. Había leyes sobre dónde plantarla para mantenerla bajo control.

 

Ahora, ¿qué nos dice que Jesús utilizara esta imagen para describir el Reino de Dios? Piensen en ello. Podemos, de hecho, vivir en la esperanza gozosa, porque no hay herbicidas políticas ni eclesiásticas, que puedan arrasar con el movimiento del Espíritu de Dios. Nuestra esperanza está en el poder incontenible y absoluto de Dios. Nosotras que comprometemos nuestras vidas a un seguimiento radical de Jesús podemos esperar que seamos vistas como una plaga de hierba mala que debe ser cercada. Pero, si las hierbas malas del Reino de Dios son pisoteadas fuertemente en un lugar, de seguro brotarán en otro. Puedo escuchar en esto las palabras del Arzobispo Oscar Romero “Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño”.

 

Así que, vivimos en la esperanza gozosa, dispuestas a ser una y todas, hierba mala. Nos mantenemos firmes en el poder de la muerte y resurrección de Jesús. Yo conservo para siempre en mi corazón una expresión de los días de la dictadura en Chile, que dice: “Pueden aplastar algunas flores, pero no pueden detener la primavera.”

 

Referencias Bibliográficas

 

Michael W. Blastic, OFM Conv., “Contemplation and Compassion: A Franciscan Ministerial Spirituality.”

 

Robert Beck, Homily: Fifteenth Sunday in Ordinary Time, July 15, 2012. Mount St. Francis, Dubuque, Iowa Judy Cannato, Field of Compassion: How the New Cosmology is Transforming Spiritual Life. Notre Dame, IN: Sorin Books, 2010.

 

Barbara Marx Hubbard, Conscious Evolution: Awakening the Power of Our Social Potential. Novato, CA: New World Library, 1998.

 

Joanna Macy and Chris Johnstone, How to Face the Mess We’re in Without Going Crazy. Novato, CA: New World Library, 2012.

 

Jan Richardson, Night Visions: Searching the Shadows of Advent and Christmas. Wanton Gospeller Press, 2010.

 

Judith K. Schaefer, The Evolution of a Vow: Obedience as Decision Making in Communion. Piscataway, NJ: Transaction Publishers Margaret Silf, The Other Side of Chaos: Breaking Through When Life is Breaking Down.

 

Chicago: Loyola Press, 2011. Alice Walker, Hard Times Require Furious Dancing. Novato, CA: New World Library, 2010.

 

FUENTE: http://www.clar.org/clar/index.php?module=Contenido&func=viewpub&tid=2&pid=527

 

Las monjas de EE.UU., premio "Hebert Haag" a la libertad religiosa

Reconocen su compromiso con los más débiles

El prestigioso reconocimiento “Herbert Haag” 2013 es para la célebre Leadership Conference of Women Religious (Lcwr)

 

Las monjas estadounidenses recibirán el premio “Herbert Haag” 2013 por la libertad religiosa. Lo anunció con enorme satisfacción la misma Leadership Conference of Women Religious (Lcwr), organización que reúne las congregaciones religiosas femeninas de los Estados Unidos y que se encuentra bajo la mirada atenta de la Congregación para la Doctrina de la Fe, pues ha pedido una revisión de sus estatutos.

El premio de 2013, indica la Fondazione Haag, será entregado a las monjas como «reconocimiento» por su compromiso a favor de los pobres, de los sectores marginados y débiles de la sociedad «y por la reflexión sobre los signos de los tiempos a la luz del Concilio Vaticano II», por lo que las monjas se han convertido en «un pilar» de la Iglesia estadounidense.


En el comunicado también se expresan algunos juicios críticos y muy precisos sobre la situación por la que están pasando las religiosas estadounidenses. Se indica, sin medias tintas, que por este compromiso «las religiosas y, sobre todo, su cúpula se encuentran en medio de una tempestad». En abril de este año la Congregación para la Doctrina de la Fe emitió un duro comunicado en el que reveló los errores doctrinales que había identificado en algunos textos e iniciativas de la Lcwr y que son considerados como afirmaciones lejanas del Magisterio de la Iglesia.


En los últimos años, además, los libros de algunas teólogas han sido censurados por la misma Congregación. El pronunciamiento de abril anunciaba el nombramiento de una comisión de obispos que se habría encargado de dialogar con la Lcwr para reorientar las actividades de las monjas y acercarlas a la voluntad de la Santa Sede.

Se trata, sobre todo, de las cuestiones relacionadas con el diálogo con el mundo homosexual y con las fracciones más feministas del catolicismo estadounidense, que no ocultan apoyar la ordenación de las mujeres. Después del sustancial fracaso de la investigación sobre las Congregaciones femeninas, que fue puesta en marcha en 2009 por el cardenal Franc Rodé, entonces Prefecto de la Congregación para la Vida.

En 2011 la competencia pasó a la Congregación para la Doctrina de la Fe, en cuanto relacionada con presuntos «errores doctrinales».


Al respecto, la Fundación del premio indica que «las acusaciones no tienen fundamento y representan el resultado de un proceso de investigación que no tiene transparencia». Además, añade que «muchos católicos, sobre todo en los Estados Unidos, han visto la intervención de la Congregación para la Doctrina de la Fe como algo escandaloso». Ahora llega el premio de la Fundación Herbert Haag por la libertad en la Iglesia. Este reconocimiento pretende honrar la memoria del teólogo Haag (1915-2001), insigne biblista y reputado profesor en Tubinga. La ceremonia de premiación se llevará a cabo el próximo 14 de abril en Lucerna.

 

FUENTE: http://www.reflexionyliberacion.cl/articulo/2154/premio-a-religiosas-norteamericanas-lcwr.html 

 

Ivone Gebara: "Me hice monja para buscar mi libertad"

La brasileña Ivone Gebara es una feminista declarada. Cree firmemente que los gobiernos deben despenalizar el aborto porque "el dolor de los principios es abstracto pero el dolor de la mujer que no quiere y no puede dejar que se desarrolle su embarazo es un dolor concreto, es un dolor que se siente en la piel". El pensamiento no resultaría extraño en una feminista, si no fuera porque Ivone Gebara también es monja. Religiosa de la congregación Hermanas de Nuestra Señora y doctora en Filosofía y Ciencias Religiosas, sus pensamientos escandalizaron en 1994 a las jerarquías del Vaticano, que le exigieron un silencio de dos años y la trasladaron a Bruselas (Bélgica) con la esperanza de acallar su rebeldía. Gebara acató la orden y aprovechó el tiempo para trabajar sobre nuevos libros que posteriormente le permitieron continuar esparciendo sus ideas nacidas, según narró a La República de las Mujeres, del conocimiento de las mujeres pobres de su pueblo.

 

Escrito por: ANA MARIA VIERA

 

Hablas como un hombre  le dijo a Ivone Gebara hace algunos años una mujer pobre de la vecindad  Hablas sobre política y economía y no tomas en cuenta nuestros problemas, lo difícil que es llegar con la comida hasta el viernes porque nuestros compañeros cobran los sábados y a veces no hay para comer”.

 

Fue entonces cuando Gebara resolvió “hablar como mujer” y a partir de allí publicó obras como “Teología a ritmo de mujer”, “Intuiciones ecofeministas”, “Ecofeminismo y liberación”, “Rompiendo el silencio”, “Mujeres en la experiencia de muerte y salvación” y “Las aguas de mi pozo. Reflexiones sobre experiencias de libertad”, ensayo que acaba de ser editado en Uruguay.

 

Aunque las críticas desde su iglesia continúan, ella se niega a renunciar a su carácter de religiosa porque “ellos no tienen derecho a mi elección. Yo elegí entrar en una congregación religiosa y ellos no tienen derecho a sacarme”.

 

- “Las aguas de mi pozo” refiere concretamente a la libertad. ¿Qué es para usted la libertad?


- Generalmente, cuando se habla de libertad se limita el tema a una experiencia social, pero cuando se pregunta a la gente directamente por sus propias experiencias no saben qué responder. La libertad aparece como un valor grandioso, público pero alejado de lo cotidiano.

 

En mi caso, para ser libre yo tuve que comenzar por negar el sueño que mi mamá tuvo para mí, que era casarme con un hombre de origen sirio libanés, preferentemente de primera generación, igual que yo. Mi libertad comienza en forma fundamental con el conflicto con la figura materna y después con la paterna. También influyeron en mí las historias contadas por una empleada que había en mi casa paterna desde que nací. Ella era nieta de esclavos y fue en sus labios donde escuché por primera vez la palabra libertad.

 

Años después, ya joven profesora de Filosofía, inicié una amistad con una profesora de Química que luchaba contra la dictadura militar y me enseñó otra cara de la libertad. Ella fue presa y murió luchando por esa libertad.

 

VIVIR EN TRANSGRESION


- ¿No hay una contradicción entre la búsqueda de la libertad y la decisión de ingresar en una institución religiosa, con todas las limitaciones que ello supone?

- Cuando me preguntan por qué me hice monja, respondo que fue para buscar mi libertad aunque parezca contradictorio. Yo terminé la Universidad en diciembre de 1966, plena dictadura militar en Brasil, y en febrero de 1967 entré en mi congregación.

Ya cuando decidí estudiar Filosofía fui transgresora, porque mi familia no quería que estudiara. No había dinero para pagar la Universidad y yo decidí trabajar para poder estudiar. Mis padres decían que si trabajaba, los muchachos ricos no iban a acercarse y perdería mi oportunidad de casarme “bien”; creían que me convenía estudiar decoración.

 

Elegí trabajar y estudiando me convertí en líder estudiantil. Era presidenta del Centro de Filosofía y así tomé contacto con las religiosas de la Universidad, que iban a los barrios a trabajar con los pobres. Así me fui sintiendo atraída por un modelo de mujer intelectual, comprometida con los pobres y opuesta a la dictadura militar.

 

Yo no pensaba en los límites de la institución religiosa ni en los curas. Lo único que pensaba era que quería vivir como estas mujeres, en forma muy distinta a lo que parecía ser mi destino.

 

- ¿Qué ocurrió cuando se encontró con esa otra Iglesia, la de los límites y el patriarcado?


- Con esa Iglesia no me encontré hasta los años ochenta, cuando hice mis primeras incursiones en el feminismo. Yo viví feliz durante todos esos años, contenta porque tenía un espacio pequeñito entre una elite de varones de la Iglesia.

 

LA CAIDA DEL CABALLO


- ¿Cómo se da ese pasaje al feminismo sin abandonar la religión?


- En 1979 empecé a leer cosas de las feministas y me caí del caballo. Esto me abrió los ojos y comencé a ver a las mujeres pobres con quienes trabajaba, su sumisión y su desprecio por su propio cuerpo, siempre relegadas para el final, después del marido y los hijos y la casa. Y junto con eso me di cuenta que yo hacía lo mismo, poniendo en primer lugar la congregación, la Iglesia, los padres.

 

Ahí empecé a hablar de otros problemas, introduciendo los temas de las mujeres cada vez que se hablaba de determinadas luchas, de la búsqueda de justicia. El mío comenzó siendo un feminismo medio tímido, limitado a cuestiones religiosas, pero dentro de la Iglesia no creen que sea tímida.

 

- Al volcarse al feminismo, ¿no pensó en dejar la Iglesia?


- No, porque para mí ser feminista significa plantear una lucha social para ser reconocida dentro de la Iglesia como ciudadana. Yo nunca busqué conciliar ambas cosas, sino que dentro de la Iglesia se abriera un espacio de igualdad de derechos.

Cuando decidí no ser una teóloga de conciliación, la Iglesia Católica me castigó enviándome a Bélgica. Yo lo acepté, pero lo interpreté no como una obediencia sino al contrario. Ellos no tienen derecho a mi elección. Yo elegí entrar en una congregación religiosa y ellos no tienen derecho a sacarme.

 

De terca, me quedé. Hice lo que quisieron en forma aparente, pero en realidad hice lo que yo quise. En ese tiempo publiqué un libro, mi tesis sobre ciencias religiosas. Y obtuve el título de Doctora en Ciencias Religiosas con la máxima calificación, otorgado por la misma institución que me condenó. Esto muestra la contradicción interna de la institución.

 

CATOLICISMO PERIFERICO


- Luego de los dos años en Europa, usted siguió manteniendo sus opiniones. ¿Cómo sigue ese conflicto con la Iglesia?


- Ahora el conflicto ya no es abierto, pero intentan ignorarme o decir que lo que yo hago no es teología católica sino filosofía de la religión. Esto me hace reír porque me parecen estúpidos. Su manera de decir las cosas es tan sin fundamento, tan distante de las preocupaciones reales de los cuerpos masculinos y femeninos, que me hacen reír.

 

- ¿A qué atribuye este distanciamiento de la Iglesia Católica de las “preocupaciones reales”? ¿Es esa la razón de la pérdida de seguidores que viene padeciendo?


- El catolicismo actual en América Latina no es más el de los contenidos dogmáticos. Ni siquiera quienes se dicen católicos están de acuerdo con los dogmas. La gente se inclina más hacia ese catolicismo de religión, más festivo y de cantos. La Iglesia Católica va dando paso a un catolicismo más pentecostal, que brinda a la gente una seguridad más sicológica. En esto influyó también la globalización, que llevó a un catolicismo más mediático, que no invita a la gente a pensar.

 

Yo represento a un cristianismo absolutamente minoritario, que no tiene nada que ver con ese catolicismo de espectáculo que desgraciadamente se está imponiendo. Entonces los obispos y sacerdotes pueden seguir hablando y enseñar los mismos dogmas de siempre pero la verdad es que termina siendo una acción periférica, porque la gran masa popular ni siquiera entiende de que se habla y solo lee la Biblia para sacar alguna orientación moral pero nada más.

 

EN CLAVE FEMINISTA


-¿Cómo ha influido su relación con las mujeres pobres en su cambio de visión respecto a la Iglesia y el feminismo?


- Yo vivo en un barrio popular fuera de Recife y las mujeres de estos barrios han sido decisivas para mí. Mi primera caída del caballo fue cuando una mujer pobre me dijo que usaba un lenguaje masculino. Eso me dejó enferma, porque yo me c
reía muy femenina.

 

Me reunía con un grupo de obreros en su casa, para tratar la problemática de los pobres y creía que abarcaba a todos, pero ella me dijo que yo nunca hablaba de la lucha de las mujeres para garantizar la comida. “Tu nunca dices que el viernes es el peor día de la semana para nosotras porque nuestros maridos cobran el sábado y el viernes no hay para comer. Nunca hablas de la problemática sexual ni de lo que sufrimos nosotras”, me dijo. Hasta ese momento yo nunca me había preocupado por la problemática sexual y por la realidad de las dificultades que implica la falta de control reproductivo. Hasta ese momento mi sexualidad estaba en una nube, sabía que existía pero nunca se me habría ocurrido leer la realidad económica, social y política desde la clave de la sexualidad de las mujeres pobres. Ellas me despertaron.

Fue entonces cuando descubrí que las mujeres no tienen elección en los procesos demográficos. Tienen que sufrir la manipulación de las políticas poblacionales desde la esclavitud, con el rol reproductor de las esclavas, que debían dar placer y mano de obra a los amos. Se puede hacer la historia de un país desde la vida sexual de las mujeres.

 

DE PRINCIPIOS ABSTRACTOS Y DOLORES CONCRETOS


- El aborto, ¿debe ser una decisión de la mujer o deben pesar más los principios planteados por la Iglesia Católica?


- El aborto no puede ser analizado en forma aislada, como un hecho abstracto y separado de las circunstancias que llevan al mismo.

 

No se puede ignorar que la sociedad globalizadora actual crece en exclusión y cada día hay más pobres. Es verdad que el aborto es un problema. Como principio, yo estoy en contra de que se mate la vida pero también se está matando la vida con estos sistemas excluyentes. Por eso no se puede hablar del aborto en forma aislada, solo desde el punto de vista religioso o económico. Hay que ver el contexto, porque es una decisión muy personal.

 

La mujer no está obligada a abortar o no, pero debe tener derecho a decidir. La sociedad excluyente niega ese derecho a las mujeres pobres, desde el momento que les niega el derecho a una educación sexual. Entonces, si no hay condiciones de vida digna para la población, no se pueden criticar las actitudes como si fueran hechos aislados.

 

Si una niña de quince años dice que no puede tener a su hijo, la sociedad no tiene derecho a señalarla como culpable porque antes del embarazo la responsabilidad social no fue cumplida.

 

Por eso estoy a favor de la descriminalización del aborto pero acompañada por una educación sexual. Yo creo que los Estados deben descriminalizarlo y dar condiciones a las mujeres que necesitan abortar por su propia elección, para que puedan hacerlo en el menor tiempo posible.

 

Es muy fea la actitud de algunos movimientos que se autodenominan “Por la Vida” y toman el tema desde un principio abstracto, sin tener en cuenta el dolor concreto. Yo los principios los respeto, pero cuando el hecho ya está cometido, ¿qué hay que hacer? En mi opinión, hay que salvar la vida que ya está constituida, que es la de esta mujer en problemas. El dolor de los principios es abstracto pero el dolor de la mujer que no quiere y no puede dejar que se desarrolle su embarazo es un dolor concreto, es un dolor que se siente en la piel. Entonces, hay un proceso amplio de educación que hay que atender, pero también hay problemas inmediatos que deben ser contemplados con la justicia del corazón.

 

FUENTE: http://sintapujos.org/2012/03/22/me-hice-monja-para-buscar-mi-libertad-entrevista-de-ana-ma-viera-a-ivone-gebara/

 

Religiosas norteamericanas fijan condiciones para colaborar con la Santa Sede en su renovación doctinal

CONCLUYE EN SAN LUIS LA ASAMBLEA ANUAL DE SUPERIORAS

(Agencias/InfoCatólica) Al finalizar la asamblea anual, laLeadership Conference of Women Religious (LCWR), esto es, la Asamblea de Superioras de Religiosas de Estados Unidos, ha decidido mantener el carácter oficial de su organismo que representa aproximadamente al 80% de las congregaciones y a unas 57.000 religiosas del país.

 

La hermana Pat Farrell, presidenta de la LCWRcalificó como “tergiversación” el Doctrinal Asessment, informe doctrinal de la CDF emitido en abril de 2012, que señaló que el grupo ha organizado periódicamente conferencias con errores doctrinales, así como una “prevalencia de ciertos temas feministas radicales que sean incompatibles con la fe católica”, sobre el sacerdocio sólo para hombres, la anticoncepción o la homosexualidad, mientras permanecían casi en silencio en el combate contra el aborto.

 

La Santa Sede puso al arzobispo J. Peter Sartain de Seattle y a otros dos obispos más como encargados de llevar a cabo una reforma del grupo. Pat Farrell, sin embargo, que las más de 900 mujeres que asistieron esta semana a la asamblea nacional del grupo decidieron quepor ahora estarían abiertas a la discusión con los tres obispos designados por el Vaticano para supervisar y modificar en lo necesario sus constituciones, estatutos y actividades.

 

Igualmente, la LCWR se ha comprometido a comenzar y mantener un diálogo “tan prolongado como sea posible” con la Santa Sede, a condición de que éste se realice “en un clima de oración, desde actitudes de respeto mutuo, escucha cuidadosa y apertura sincera”. La asamblea de la LCWR ha encomendado a sus representantes que comiencen y prosigan este diálogo “siempre que no se vean obligadas a poner en cuestión la integridad de su misión”. Pat Farrell admitió que el plan de las monjas para seguir adelante era vago, pero señaló que el proceso duraría cinco años y apenas había comenzado.

 

El Informe Doctrinal (Doctrina Assestmenmt)

 

La LCWR resaltó una vez más su profundo desacuerdo con el informe y planteamientos de la Congregación para la Doctrina de la fe, aunque quiere aprovechar este momento como “una gran oportunidad” para explicar con claridad a los líderes de la Iglesia cuál es su misión, sus valores y sus principios operativos. 

 

Si bien reconocieron su profunda decepción con el informe de la CDF, los miembros proclamaron su intención de utilizar esta oportunidad para explicar la misión de la LCWR, sus valores y principios de funcionamiento”, dijo a miembros de la conferencia en St. Louis.

 

En su discurso presidencial ante la conferencia, titulada “Navegando por los cambios”, dijo a la hermana Pat a la asamblea que sería un “error hacer demasiado caso de la Evaluación doctrinal”.”No podemos permitir que se consuma una cantidad excesiva de nuestro tiempo y energía o que nos distraiga de nuestra misión”, dijo a las hermanas. Sin embargo, dijo, “creo que también sería un error hacer demasiado poco de la Evaluación doctrinal ‘”. 

 

La influencia de la intervención de Barbara Marx Hubbard

 

La reunión de la LCWR acogió a la autora futurista y promotora “consciente de la evolución”, Barbara Marx Hubbard, quien elogió el “liderazgo de la evolución” de la LCWR, llamándola “el mejor semillero” para “la evolución de la Iglesia”.

 

A la luz de la charla de Hubbard, la hermana Pat dijo en su discurso presidencial que “es fácilver en este momento a la LCWR como un microcosmos dentro de un mundo en constante cambio”, lo que “nos da un contexto más amplio”, dijo. Farrel aseguró que la razón por la que “muchas instituciones, las tradiciones y las estructuras parecen marchitarse” es que “los fundamentos filosóficos que tenemos en la realidad ya no se sostienen”. 

 

”A la familia humana no le sirven ya el individualismo, el patriarcado, una mentalidad encogida o competitiva”, explicó. El mundo, dijo Farrell, está “superando las construcciones dualistas” de “superior/inferior”, “ganador/perdedor”, “bueno / malo” y “dominación / sumisión”, y en su lugar está irrumpiendo “la igualdad, la comunión, la colaboración, la sincronicidad, la expansividad, la abundancia, la plenitud, la reciprocidad, conocimiento intuitivo y el amor”, dijo. 

 

De cualquier manera, la hermana Pat dijo que espera que la conferencia podrá “seguir adelante” de forma “contribuya al bien de la vida religiosa en todas partes y para la curación de la Iglesia que tanto amo.” “El diálogo sobre la doctrina no va a ser nuestro punto de arranque”, dijo Farrell. “Nuestro punto de comienzo será sobre nuestra vida propia y sobre nuestra comprensión de la vida religiosa, y sobre la inexactitud sobre ello, desde nuestro punto de vista, sobre los documentos (del Vaticano), y veremos cómo se desarrolla a partir de ahí”, agregó.

 

Respuesta del arzobispo Sartain

 

El arzobispo Peter J. Sartain respondió, en un comunicado emitido por la Arquidiócesis de Seattle, renovando su gratitud y el compromiso de trabajar con ellas. El texto estaba lleno de elogios, pero centrado en la solución de las cuestiones planteadas por la revisión doctrinal. Sartain dijo: 

 

«La Santa Sede y los obispos de los Estados Unidos están profundamente orgullosos de la contribución histórica y permanente de las religiosas en nuestro país, en tareas sociales, pastorales y espirituales, como la sanidad católica, la educación católica y muchas otras áreas, en las que llegan hasta los márgenes de la sociedad.

 

Como asociación de mujeres religiosas, la LCWR es un regalo único para sus miembros y para la Iglesia en general. Esta singularidad incluye la sensibilidad hacia el sufrimiento, ya sea en Latinoamérica o en los centros urbanos, bien en la vida del niño no nacido o en la víctima de la trata de personas.


Las religiosas han hecho una contribución duradera para el bienestar de nuestro país y continúan haciéndolo hoy en día. Por los que merecen nuestro respeto, nuestro apoyo, nuestro agradecimiento y nuestras oraciones.

 

Junto con los miembros de la LCWR, quedo comprometido a trabajar para afrontar las cuestiones planteadas por la evaluación doctrinal en un ambiente de oración y de diálogo respetuoso. También debemos trabajar para despejar cualquier malentendido, y mantengo la esperanza de que trabajaremos juntos sin comprometer la doctrina de la Iglesia ni el importante papel de la LCWR. Espero que nuestros debates continúen, ya que colaboran a la promoción de la vida consagrada en los Estados Unidos».

 

FUENTE: http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=12536

 

Leadership Conference of Women Religious opens

By Jennifer Brinker | jbrinker@archstl.org

 

For Sister Pat Farrell, the joy she experiences in being a part of the Leadership Conference of Women Religious comes from the opportunity to come together with other religious sisters. They serve as a source of "inspiration and stimulation" to her.

"There are few places where I find the inspiration and stimulation of others than LCWR," said the Sister of St. Joseph and current president of the organization.

 

Speaking at a press conference via phone just days before the opening of the LCWR's annual assembly in St. Louis, Sister Pat explained that leadership from religious communities don't often have the chance to directly communicate with their peers in similar roles.

 

"I have found the LCWR women a group of deeply thoughtful, prayerful women of wide vision and who also enjoy one another's presence," she said.

 

The future of the organization, however, is hanging in the balance as some 900 women religious have convened in St. Louis for the assembly, Aug. 7-11. It is during this meeting that the sisters will discern the Vatican's recent assessment of the organization, which has more than 1,500 members. That number represents about 80 percent of the 57,000 women religious in the United States, according to LCWR.

In April, the Vatican's Congregation of the Doctrine of the Faith announced a major reform of the LCWR. The announcement was made at the end of a four-year doctrinal assessment and included an eight-page report, detailing the need to remedy significant doctrinal problems associated with the group's activities and programs.

Archbishop Robert J. Carlson addressed the group at the opening of the assembly Aug. 7. (See the full statement at the end of this story.) He was introduced by Sister Suzanne Wesley, CSJ, who heads Cardinal Ritter Senior Services in St. Louis.

At the end of the Archbishop's talk, he reiterated the importance of prayer in light of the recent Vatican assessment. His prayer, he said, is that "the dialogue between the Congregation for the Doctrine of the Faith and the LCWR is not politicized but worked out within a community of faith."

 

Breaking from his prepared statement, he added that "as people of faith ... we have some lessons to look back upon" in the history of the Church, including the First Council of Jerusalem, in which Sts. Peter and Paul engaged in a dispute over circumcision. "They managed to work out things then and I pray that you will resolve things now."

 

Sisters Marjory Ann Baez and Marion Bill, two Daughters of Charity from Los Altos Hills, Calif., said they found Archbishop Carlson's comments to the group "hopeful."

"He showed a lot of appreciation for women religious in his own life and his ministry," said Sister Marjory. "And he challenged us to work our difficulties through like the early Church did. It was hopeful."

 

Sister Gene Poore, a Dominican from Columbus, Ohio, paused for reflection before she said of the Archbishop: "He was gracious in the words he had to say and I appreciated that."

 

The assembly itself, which has drawn participants including from the United States, Canada and Mexico, will be business as usual for the sisters, but "in some ways it will absolutely not be business as usual," said Sister Pat.

 

Besides keynote speaker Barbara Marx Hubbard and several panelists sprinkled throughout the assembly, the bulk of the conversation will be focused on a discernment of the Vatican's recent assessment. The sisters were asked to prepare for the assembly be reading the doctrinal assessment and other materials. They also have met with members of their regional LCWR groups in order to "bring the grassroots perspective" to the table, said Sister Pat Farrell. The discernment process will be led by two facilitators and former members of LCWR, Sister Mary Jo Nelson, a member of the Our Lady of Victory Missionary Sisters, and Sister Katherine Gray, a Sister of St. Joseph of Orange, Calif.

 

If the group reaches a decision on how to respond to the assessment, they will announce it during a press conference Aug. 10. Just prior to that announcement, the leadership will speak with Archbishop Peter Sartain of Seattle, who was appointed to the Vatican to oversee the reform. Archbishop Sartain is then expected to come to St. Louis this weekend to meet with the national board of LCWR and discuss the outcome of the sisters' discernment process.

 

"Our hope is that we can at least discern what is the next best step," said Sister Pat Farrell at the end of the opening session Aug. 7. "Maybe we can discover several next best steps. I suspect we're in for a lot of surprises and a lot of rich moments together."

 

Archbishop Robert J. Carlson's prepared comments for the LCWR Assembly


Sr. Suzanne, I would like to thank you for your introduction. It has been a great pleasure to work with Sister Suzanne the past three years and I am grateful for her leadership at Cardinal Ritter Senior Services, especially our outreach to the elderly poor and those in need of housing.

 

As Archbishop of St. Louis, I am fortunate to work with a large number of religious communities. These are dedicatedindividuals who minister and serve every day in this archdiocese. In addition to the traditional ministry of teaching and medical care, women and men in consecrated life work with the civic community and the business community in serving those in need no matter what the challenge.

Religious are present to the poor at the St Patrick Center dealing with the homeless, in counseling the troubled, feeding the hungry, assisting the deaf, and working with St Vincent de Paul and Catholic charities — the list is endless.

Some of my fondest and earliest memories relate to the education I received from the Sisters of St Joseph of Carondelet and the Dominican Sisters in the Twin Cities of Minneapolis and St. Paul. For the past two years I have worked closely with representatives of CMSM, LCWR and CMSWR in my responsibility as Chairperson of the USCCB committee on Clergy, Consecrated Life and Vocations.

 

I realize this is a most important meeting for you and I pray that the dialogue between the Congregation for the Doctrine of the Faith and LCWR is not politicized but worked out within a community of faith. I assure you of my prayers and the prayers of everyone in the Archdiocese of St. Louis and I ask for the intercession of St Rose Philippine Duchene, a pioneering religious woman who opened the first school for young women west of the Mississippi in 1818.

 

FUENTE: http://stlouisreview.com/article/2012-08-07/leadership-conference


UN EJEMPLO IMPRESIONANTE

Isabel Gómez Acebo

Religión Digital

 

Como prometió antes de su elección, el presidente de Uruguay, José Mújica, está viviendo en su pequeña casa en Rincón del Cerro, situada en una zona de clase media en los alrededores de Montevideo. La morada no puede ser más modesta lo que le convierte en el presidente más pobre del mundo. A sus 77 años no ha cambiado de ropas, de vida o de amigos con la llegada al poder y confiesa que espera concluir su mandato para descansar en su casa. Algo semejante hizo su antecesor Tabaré Vazquez.

 

Su salario, por estar al frente del país, es de 12.500 dólares mensuales, pero dona el 90% con lo que vive con 1250 euros (para nosotros es un mileurista). Confiesa que esa cantidad le basta y le tiene que bastar, ya que muchos uruguayos viven con menos. Su esposa, la senadora Lucía Topolansky también dona la mayor parte de su salario. Además de su casa tiene como único patrimonio un viejo Volkswagen azul pálido, valorado en poco más de mil dólares. Utiliza como transporte oficial un Chevrolet Corsa.

 

Con este planteamiento no nos puede sorprender que haya ofrecido su residencia oficial de Suarez y Reyes, donde sólo se celebran reuniones de gobierno, para abrigar a los sin techo el próximo invierno, si faltan plazas en los albergues dispuestos. A la vez ha pedido que se haga un listado de edificios públicos disponibles para estas personas y cuando conozca el resultado poder actuar. Todas estas medidas se han tomado desde que el invierno pasado murieron 5 personas de frío en la calle. Desde el 24 de mayo una mujer sin techo y su hijo fueron instalados por sugerencia suya en el Ministerio de Asuntos Sociales hasta que encuentren otro alojamiento.

 

En julio del año pasado, Mújica puso en venta la residencia veraniega del presidente, situada en Punta del Este, principal balneario turístico del país. La operación se saldó con casi tres millones de dólares, una cifra que se destinará a diversos usos, entre ellos la creación de una escuela agraria en la región, donde jóvenes de rentas bajas puedan tener acceso a cursos técnicos.

 

El discurso que pronunció en la reunión de Río + 20, a pesar de ser el presidente de un pequeño país sudamericano, está dando que hablar. Aconsejó un cambio en la forma de vida porque venimos al mundo para ser felices pero en la sociedad actual, no hacemos más que trabajar para consumir más: motos, coches, casas... para lo que pedimos préstamos que tenemos que devolver y dejamos de lado la felicidad. ¿Es ese el destino de la vida humana? Se pregunta.

 

Sus palabras terminaron alentando a luchar por la conservación del medio ambiente porque según él, "es el primer elemento que contribuye a la felicidad humana". Feliz o infelizmente la felicidad nos llega asociada a la sociedad del consumo. Nadie mejor que Mújica, que dona el 90% de su salario para decirnos: que tenemos que revertir nuestra forma de vida.

 

Me da vergüenza leer el comportamiento de este hombre, que parece tan poco contaminado por el dinero y el poder. No sé si está influenciado por el mensaje de Cristo pero a los que nos declaramos discípulos del Nazareno, nos tiene que dar que pensar.

 

Día de la Mujer Afrodescendiente

Por 

Esther Pineda G.

Socióloga. Escritora, investigadora y ensayista.

http://estherpinedag.wordpress.com/

 

No existe un solo modelo de mujer, coexisten una infinidad de modos de ser mujer, de ejercer la feminidad, y por tanto diversas formas de feminismo, es por ello que hoy se hace necesario visibilizar las experiencias de las mujeres afrodescendientes, sus especificidades, aquellas que nadie o muy pocos y pocas han contado, ni el feminismo ni los movimientos en afro-resistencia. Pues como afirma Bell Hooks: El feminismo nunca ha surgido de las mujeres que de forma más directa son víctimas de la opresión sexista; mujeres a las que se golpea a diario, mental, física y espiritualmente; mujeres sin la fuerza necesaria para cambiar sus condiciones de vida. Son una mayoría silenciosa. (2004: 35)

 

No obstante, ésta mayoría silenciosa, históricamente ha reclamado y reclaman a gritos desde sus gargantas sin voz la consideración de sus experiencias, distintas a las de la generalidad de las mujeres, y cuya lucha ha quedado absorbida por estos movimientos, en los cuales ha participado en pro de la superación de sus estados de opresión sin verse ella emancipada.

 

Pero algunos ideólogos intentarán justificar este fenómeno arguyendo que: “el sufrimiento de las mujeres bajo la tiranía sexista es un vínculo común entre todas las mujeres que trasciende las particularidades que las diferentes formas de tiranía adoptan” (…) por lo cual, “el sufrimiento no puede ser medido ni comparado”. (Fritz, citado en Hooks, 2004: 36). Contrario a ello, la experiencia histórica afirma que el sufrimiento, la opresión y la desigualdad si ha de experimentarse de diversas formas, distinguiéndose, profundizándose y/o agravándose por la pertenencia del o la sujeto a un determinado grupo racial, económico, político, su situación geográfica, como así mismo su preferencia sexo-afectiva.

 

Hecho es común en una sociedad organizada en torno a criterios de alteridad categórica, donde se define un “otro”, por naturaleza diferente y opuesto, como enemigo a soslayar, pero en el cual la mujer afrodescendiente ha sido excluida del proceso de construcción de un otro frente al cual definirse como opresora/explotadora, “se nos ha negado un <otro> al que podamos explotar u oprimir” (Hooks, 2004: 19) producto de su posición en la pirámide social, al encontrarse víctima de una coacción plural la cual solo ella experimenta, al ser interceptada por el racismo, el sexismo, el clasismo, pero también por la homofobia y el esteticismo, en respuesta a los criterios de explotación, exclusión y apropiación propios de la ideología del desprecio, es decir, la ideología capitalista, patriarcal y racista.

 

De esta manera la mujer afrodescendiente se encuentra a merced de todos y de todas, en un primer lugar a merced del hombre por su sola condición de tal, ya sea del hombre blanco, negro o indígena; en segundo lugar oprimida por el componente de clase, sojuzgada por el hombre y la mujer capitalista, pero también por el hombre blanco proletario, los cuales operan a través del sexismo patriarcal y el clasismo. En tercer lugar, también expuesta a lo que conocemos como patriarcado negro, los hombres afrodescendientes entran en abierta pugna con los hombres blancos y eurodescendientes, los cuales históricamente han socavado el poder del varón negro mediante la apropiación de sus mujeres, así este hombre tradicionalmente desprovisto de su poder y autoridad, solo puede homologarse al blanco, como así mismo, afirmar su masculinidad y su raza subordinando a la mujer negra.

 

Finalmente, la mujer afrodescendiente se encuentra también bajo el yugo de la mujer blanca, a la cual se le ha concedido el racismo como elemento sojuzgador; pero también subordinada a ésta como consecuencia de que a la mujer negra se le exige definirse a partir y en relación al prototipo socialmente establecido de la feminidad, así, a la mujer afrodescendiente se le ha separado y despojado de la condición de feminidad, feminidad ajena, pues ha sido definida desde la masculinidad para el ejercicio de la mujer blanca, las mujeres afrodescendientes han estado ausentes de consideración en la configuración de este proceso, por lo cual no encuentra un referente en si misma, sus posibilidades de acenso social, familiar, económico y personal estarán condicionados por su efectiva adecuación a los rasgos físicos, gestuales, actitudinales y comportamentales de la mujer blanca.

 

Hecho que engendraría el endorracismo, el autodesprecio instigado, o como le llamaría Galeano: el suicidio del alma, al aceptar mirarse a si mismas con los ojos del amo como consecuencia de la presión racista. Para convertirse en blancas damas de castilla, algunas mujeres indias y negras se untaban el cuerpo entero con un ungüento hecho de raíces de un arbusto llamado guao. La pasta de guao quemaba la piel y la limpiaba, según se decía, del color malo. Un sacrificio en vano: al cabo de los alaridos de dolor y de las llagas y las ampollas, las indias y las negras seguían siendo indias y negras. (Galeano, 1999) Es por ello que el feminismo tal como lo conocemos, ese feminismo que ha definido como su mayor preocupación la dignificación y autonomización de la mujer burguesa, eurodescendiente y heterosexual, cuya vida “transcurría, entera, en el hogar, y su vida no se concebía con otro sentido posible que la de ser <<para el hombre>>, como novia primero y luego, ya definitivamente, como esposa y madre”. (Aranguren, 1982: 12) se presenta como insuficiente, insuficiente para dar respuesta, explicar y transformar la realidad y experiencias de las mujeres afrodescendientes, feminismo en el cual las mujeres afrodescendientes, y las afro-sexo diversas han quedado excluidas por el racismo, el clasismo y la homofobia.

 

Las mujeres afrodescendientes si bien comparten la experiencia del ser mujer, su construcción de la feminidad y los elementos socio-culturales implicados como los roles, la estética, el trabajo, clase social, entre otras, harán referencia a experiencias completamente distintas. No obstante, no debemos olvidarnos de los movimientos afrodescendientes, los cuales tampoco han dado respuesta a la situación, condición y necesidades de la mujer, se han orientado a la visibilización de la opresión afrodescendiente de forma generalizada, luchando por espacios de poder, consolidándose como una lucha por la afirmación entre hombres, blancos y negros.

Movimientos afrodescendientes que van a caracterizarse por sus dinámicas patriarcales, sexistas y heteronormativizadas, en los cuales la emancipación de la mujer afro se ve impelida por el sexismo y homofobia sedimentada en el seno de estos movimientos.

 

Si bien, nosotras mujeres, por nuestra condición de tal compartimos nuestra opresión de género, como también hombres y mujeres afrodescendientes somos víctimas del racismo, las formas en que en ambos casos se manifiesta la opresión va a diferenciarse, acentuarse o profundizarse según nuestra condición de hombres y mujeres o nuestra pertenencia a un grupo racial y fenotípico distinto.

 

Nos encontramos entonces frente a una racialidad masculinizada y frente a una feminidad racista, por lo cual se hace necesaria la deconstrucción positiva de estos movimientos, en pro de una consolidación democratizadora, incluyente y visibilizadora de la diversidad, nos encontramos entonces frente a la necesidad de un feminismo negro, capaz romper con la estructura tradicional, eurocentrizada y heteronormada del feminismo, pero también requerimos la organización de un movimiento afrodescendiente feminista, capaz de trascender el patriarcado negro homofóbico, movimientos en los cuales sea posible la desnaturalización del rechazo, la exclusión y la invisibilización de los individuos fundamentado en criterios racialistas y sexistas, capaz de validarnos, reconocernos y visibilizar nuestras experiencias diferenciadas. 

 

Bibliografía:

Hooks, Bell & otras. (2004) Otras inapropiables. Madrid, Traficantes de Sueños.

Aranguren, José L. (1982) Erotismo y liberación de la mujer. Barcelona, Editorial Ariel.

Galeano, Eduardo. (1999) Espejos blancos. Montevideo. Revista Brecha, número 717.

 

FUENTE: http://www.lr21.com.uy/comunidad/1050364-dia-de-la-mujer-afrodescendiente

 

No sólo hablan las mujeres, sino también ellos que se colocan al lado de la VOZ DE MUJERES. A continuación tenemos dos artículos de ellos y los demás son de ellas:

 

TODOS SOMOS MONJAS

Por Nicholas Kristof

Las monjas católicas no son las tradicionalistas mojigatas de las caricaturas. No, ¡las monjas pueden hacer temblar los cimientos! Ya fuera sacando doctorados o trabajando como cirujanas, ellas fueron las primeras feministas, mucho antes de que estuviera de moda que las mujeres trabajaran. Fueron las primeras mujeres C.E.O. como administradoras de hospitales, escuelas y burocracias complicadas. Están también entre la gente más valiente, tenaz y admirable del mundo. En mis viajes he visto heroicas monjas desafiar cabecillas militares, rufianes y bandidos. Incluso cuando los obispos han desgraciado la iglesia ocultando la violación de niños, las monjas la han redimido con su trabajo humilde en beneficio de los más necesitados.

 

De modo, Papa Benedicto, que todo lo que le puedo decir es: Usted está loco si se mete con las monjas. El Vaticano ha lanzado una hiriente reprimenda a las monjas estadounidenses este mes y ha encargado a un obispo supervisar una recomposición de la organización que representa al 80 por ciento de ellas. De hecho, el Vaticano acusó a las monjas de preocuparse demasiado de los pobres y no lo suficiente del aborto y del matrimonio gay.

 

¿De qué Biblia están hablando? Jesús en los Evangelios repetidamente habla de pobreza y justicia social, pero nunca menciona ni el aborto ni la homosexualidad. Si se mira a quién ha emulado más estrictamente la vida de Jesús, el Papa Bendicto o la monja promedio, sin dudar un momento son las monjas.

 

Desde la enérgica intervención papal contra las monjas, éstas han recibido un apoyo desbordante. “En todo el país las monjas fueron buscadas por los católicos en las liturgias dominicales con una pregunta muy simple: ‘¿Cómo podemos ayudar?’ “ reportó The National Catholic Reporter. También cita una parroquia donde una declaración de apoyo a las monjas desde el púlpito suscitó un gran aplauso, y otra donde se oyeron gritos como: “¡Adelante, muchachas!”.

 

Hay en camino por lo menos cuatro iniciativas para solicitar apoyo a las monjas. Una en Change.org ha recogido ya 15,000 firmas. El título de esta columna está tomado de un ensayo de Mary E. Hunt, una teóloga católica que está desarrollando una propuesta para que los católicos cambien sus contribuciones de las parroquias locales a las monjas.

 

“¿Cómo se atreven a ir contra 57,000 mujeres dedicadas, con una edad promedio arriba de los 70 y que trabajan sin descanso por un mundo más justo?” escribió Hunt. “Cómo se atreven los mismos hombres que presiden en una iglesia caída en profunda desgracia debido a la conducta sexual errada y ocultamiento por los obispos, a distraer de sus propios problemas creando otro nuevo para las religiosas mujeres?” Sor Juana Chittister, una prominente monja benedictina, dijo que al principio se preocupó de que las monjas dedicaran tanto tiempo a los pobres que no iban a encontrar aliados. Añadió que el flujo de apoyo la ha dejado sin respirar.

 

“Es sorprendentemente maravilloso,” dijo. “Vemos generaciones de laicos que saben dónde están las hermanas –en las calles, en las cocinas soperas, dondequiera que hay dolor. Están con los moribundos, con los enfermos, y la gente lo sabe.”

 

Sor Juana me habló de un ghetto en Erie, en Pennsylvannia, donde su orden de 120 monjas maneja una cocina sopera, una enorme despensa con comida y uno de los más grandes programas educativos para los desempleados en el estado.


Yo tengo mi debilidad por las monjas porque he visto de primera mano que ellas sacrifican su ego, su seguridad y su comodidad para servir a los más necesitados de la tierra. ¿Se acuerdan de “Koni 2012”, el video en Internet a principios de este año, sobre un cabecilla militar africano llamado Joseph Koni? Una de las pocas heroínas en la larga caída de Kony era una hermana Comboni, Sor Rachele Fassera.

 

En 1996, el ejército de Kony atacó una escuela de niñas en Uganda y raptó a 139 alumnas. Sor Rachele caminó a través de la selva persiguiendo a los raptores –entre los más temibles hombres que uno pueda imaginar, notorios porque violan y torturan hasta la muerte a sus víctimas. Eventualmente, ella alcanzó a los 200 pistoleros y les exigió que soltaran a las niñas. De alguna forma, intimidó al cabecilla a cargo hasta que soltara a la gran mayoría de las niñas.


Apuesto a que las monjas van a ganar también ahora. Después de todo, las hermanas son muy santitas, pero son muy astutas. Elías Chacour, el prominete arzobispo palestino de la Iglesia Católica Griega Melkita, cuenta en una memoria que en una ocasión preguntó en un convento si le podían proveer con dos monjas para una proyecto de alfabetización comunitaria. La madre superiora le dijo que tendría que comprobar con su obispo. “El obispo fue muy claro en su rechazo para permitir dos monjas,” le dijo la madre superiora más tarde. “No lo puedo desobedecer en eso.” Pero añadió: “¡le voy a mandar tres monjas!”.


Las monjas han triunfado antes sobre una jerarquía equivocada. En el siglo XIX la Iglesia Católica excomulgó a una monja australiana llamada Mary MacKillp después que su orden puso en evidencia a un cura pedófilo. Sor Mary fue invitada eventualmente de vuelta a la iglesia y llegó a ser muy renombrada por su trabajo con los pobres. En 2010, el Papa Benedicto la canonizó como a la primera santa australiana.

 

“Dejémosnos guiar” por las enseñanzas de Sor Mary, declaró entonces el Papa.

 

FUENTE: http://www.redescristianas.net/2012/05/30/todos-somos-monjas/

 

Liderazgo franciscano Declara "solidaridad" con LCWR

Declaración de siete franciscanos (OFM) de Provincias en los Estados Unidos en apoyo de la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas

A statement from the seven Franciscan (OFM) Provinces in the United States in support of the Leadership Conference of Women Religious has been released.  This is the first men's religious order publicly declare their solidarity with the LCWR and also to critique the Vatican's Doctrinal Assessment.  To my mind, for the Franciscans to not only stand with the sisters but to call the Vatican's approach "excessive" evidences a deep displeasure with the way that the reform of the sisters' organization is proceeding.  It is fathers and brothers coming to the defense of their sisters. 
-----
Franciscan Leadership Declares Solidarity With Catholic Sisters
American Provinces Release Letter to the LCWR

NEW YORK — June 6, 2012 —  As follow-up to the recent Vatican assessment of the Leadership Conference of Women Religious (LCWR), the leaders of seven entities of Franciscan friars have released a letter to the Catholic sisters expressing their strong support.


Several weeks ago, the Vatican Congregation for the Defense of the Faith (CDF) released its assessment of the Leadership Conference of Women Religious, the support system and public voice of some 1500 leaders of women’s congregations, representing over 80% of the women religious in the United States. This assessment was highly critical of the LCWR and demanded changes in its organization and activities. Like many American Catholics, the friars of Holy Name Province and other communities of Franciscan men across the country have been deeply concerned by this document, especially its impact on their sisters in religious life, many of whom belong to Franciscan congregations.


The provincial ministers of the seven provinces of the Order of Friars Minor in the United States  released the following statement to express their appreciation of the invaluable ministry of American religious women and to extend their support to the members of the LCWR, as they attempt to respond to the concerns expressed in the Vatican directives.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
May 31, 2012
Open Letter to the United States Catholic Sisters
We, the Leadership of the Friars Minor of the United States, write today as your brothers in the vowed religious life who, like you, have great love for our Church and for the people whom we are privileged to serve.  We write at a time of heightened polarization and even animosity in our nation and Church, with deep concern that the recent Vatican Doctrinal Assessment of the Leadership Conference of Women Religious (LCWR) may inadvertently fuel the current climate of division and confusion.  We write, too, as a public sign of our solidarity with you as you endure this very difficult moment.  We are privileged to share with you the journey of religious life.  Like you, we strive in all that we do to build up the People of God.


As religious brothers in the Franciscan tradition, we are rooted in a stance of gratitude that flows from awareness of the myriad ways that God is disclosed and made manifest in the world.  For us, there can be no dispute that God has been and continues to be revealed through the faithful (and often unsung) witness of religious women in the United States.  Thus we note with appreciation that the Congregation for the Defense of the Faith (CDF) “acknowledges with gratitude the great contributions of women Religious to the Church of the United States as seen particularly in the many schools, hospitals, and institutions of support for the poor which have been founded and staffed by Religious over the years.”  We certainly know how much our service has been enriched by the many gifts you bring to these ministries.


However, your gift to the Church is not only one of service, but also one of courageous discernment.  The late 20th century and the beginning of this century have been times of great social, political and cultural upheaval and change.  Such contextual changes require us, as faithful members of the Church, to pose questions that at first may appear to be controversial or even unfaithful, but in fact are asked precisely so that we might live authentically the charisms we have received, even as we respond to the “signs of the times.”  This is the charge that we as religious have received through the “Decree on the Renewal of Religious Life” from the Second Vatican Council and subsequent statements of the Church on religious life.  We believe that your willingness to reflect on many of the questions faced by contemporary society is an expression of your determination to be faithful to the Gospel, the Church, the invitation from Vatican II and your own religious charisms.  We remain thankful for and edified by your courage to engage in such reflection despite the ever-present risk of misunderstanding.


Moreover, we are concerned that the tone and direction set forth in the Doctrinal Assessment of LCWR are excessive, given the evidence raised.  The efforts of LCWR to facilitate honest and faithful dialogue on critical issues of our times must not result in a level of ecclesial oversight that could, in effect, quash all further discernment.  Further, questioning your adherence to Church teaching by your “remaining silent” on certain ethical issues seems to us a charge that could be leveled against many groups in the Church, and fails to appreciate both the larger cultural context and the particular parameters of expertise within which we all operate.  Finally, when there appears to be honest disagreement on the application of moral principles to public policy, it is not equivalent to questioning the authority of the Church’s magisterium.  Although the Catholic moral tradition speaks of agreement regarding moral principles, it also – from the Middle Ages through today – speaks of appropriate disagreement regarding specific application of these principles.  Unfortunately, the public communications media in the U.S. may not recognize this distinction.  Rather than excessive oversight of LCWR, perhaps a better service to the people of God might be a renewed effort to articulate the nuances of our complex moral tradition.   This can be a teaching moment rather than a moment of regulation -- an opportunity to bring our faith to bear on the complexity of public policy particularly in the midst of our quadrennial elections.


Finally, we realize and appreciate, as we are sure do you, the proper and right role of the bishops as it is set out in Mutuae Relationes to provide leadership and guidance to religious institutions.[i]  However, the same document clearly states:since it is of utmost importance that the council of major superiors collaborate diligently and in a spirit of trust with episcopal conferences, ‘it is desirable that questions having reference to both bishops and religious should be dealt with by mixed commissions consisting of bishops and major religious superiors, men or women. …Such a mixed commission should be structured in such a way that even if the right of ultimate decision making is to be always left to councils or conferences, according to the respective competencies, it can, as an organism of mutual counsel, liaison, communication, study and reflection, achieve its purpose.  (#63)

We trust that CDF was attempting to follow their counsel from Mutuae Relationes; however, we fear that in today’s public media world their action easily could be misunderstood.  We hope that our bishops will take particular care to see that the way they take action is as important as the actions themselves in serving the People of God.  Otherwise, their efforts will surely be misunderstood and polarizing.


Lastly, we appreciate the approach that you at LCWR have taken to enter into a time of discernment, rather than immediately making public statements that could be construed as “opposing the bishops” after the release of the Doctrinal Assessment.  The rancor and incivility of public conversation in the United States at this time make the possibility of productive dialogue more difficult to achieve.  We pray that the future conversation between LCWR and CDF might provide an example to the larger world of respectful, civil dialog.  Such dialog will require a degree of mutuality, trust and honesty that is absent from much of our world.  We trust that you will continue your efforts to live out this principle, and we trust and pray that our bishops will do the same.


Please be assured of our on-going support, prayers, respect, and gratitude for your living example of the following of Christ in our times.


Fraternally,
Leadership of Franciscan (O.F.M.) Provinces of the United States
Assumption BVM ProvinceFranklin, WI, U.S.A.
Holy Name ProvinceNew York, NY, U.S.A.
Immaculate Conception ProvinceNew York, NY, U.S.A.
Our Lady of Guadalupe ProvinceAlbuquerque, NM, U.S.A.
Sacred Heart ProvinceSt. Louis, MO, U.S.A.
Saint Barbara ProvinceOakland, CA, U.S.A.
Saint John the Baptist ProvinceCincinnati, OH, U.S.A.

[1]Sacred Congregation for Religious and for Secular Institutes, Directives for the Mutual Relations Between Bishops and Religious in the Church, Rome, May 14, 1978

 

FUENTE: http://www.americamagazine.org/blog/entry.cfm?blog_id=2&entry_id=5171

 

http://www.americamagazine.org/blog/entry.cfm?blog_id=2&entry_id=5171

 

 

 

LCWR Junta se reúne para revisar la FCD Informe

[Washington, DC] El Consejo Nacional de la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas (LCWR) celebró una reunión especial en Washington, DC, del 29 a 31 mayo a revisar, y planear una respuesta a, el informe emitido al LCWR por la Congregación para la Doctrina de la Fe.


Los miembros del Consejo expresaron su preocupación tanto sobre el contenido de la evaluación doctrinal y el proceso por el que se preparó. Miembros de la Junta concluyó que la evaluación se basó en acusaciones sin fundamento y el resultado de un proceso defectuoso que carecía de transparencia. Por otra parte, las sanciones impuestas eran desproporcionadas con respecto a las preocupaciones planteadas y que podría comprometer su capacidad para cumplir su misión. El informe, además, ha causado escándalo y dolor en todo el comunidad de la iglesia, y ha creado una mayor polarización.


La junta determinó que la conferencia tendrá los siguientes pasos:

 

  • El 12 de junio el presidente y director ejecutivo LCWR volverá a Roma para reunirse con el CDF prefecto el cardenal William Levada y el delegado apostólico monseñor Peter Sartain para plantear y discutir las preocupaciones de la junta.
  • Tras las deliberaciones en Roma, la conferencia reunirá a sus miembros tanto en las reuniones regionales y en su augusta asamblea para determinar su respuesta al informe de la FCD.

La Junta reconoce este asunto ha tocado profundamente a los católicos y no católicos en todo el mundo como lo demuestran los miles de mensajes de apoyo, así como las decenas de vigilias de oración celebrado en numerosas partes del país. Se cree que los asuntos de la fe y la justicia que capturar los corazones de las hermanas católicas están claramente compartida por muchas personas alrededor del mundo. A medida que la iglesia y la sociedad frente a tiempos difíciles, la Junta considera que es imperativo que estos asuntos sean abordados por toda la comunidad cristiana en un ambiente de apertura, honestidad e integridad.


Contacto: Annmarie Sanders hermana, IHM - Director de Comunicaciones LCWR - 301-588-4955 (oficina) - 301-672-3043 (celular) - asanders@lcwr.org

 

01 de junio 2012

 

FUENTE: https://lcwr.org/media/news/lcwr-board-meets-review-cdf-report

 

“Roma nos acusa de trabajar demasiado con los pobres”

El Vaticano reprendió a la asociación de religiosas de EE UU a la que pertenece

Cuando el nombre de la organización que lidera apareció recientemente en un informe de la Congregación para la Doctrina de la Fe —la antigua Inquisición— donde el Vaticano acusaba a la mayor agrupación de superioras de EE UU de graves faltas de heterodoxia —entre ellas, la defensa subrepticia de un “feminismo radical”—, un amigo le escribió una misiva a la monja Simone Campbell (Santa Mónica, 1945), en la que la comparaba con la santa Juana de Arco y le decía: “Cuando veas que las cerillas se encienden, mantente en marcha”.

 

Esta hermana de sonrisa afable defiende un variado ideario de justicia social mientras toma un descafeinado a escasas manzanas del Capitolio. No parece una hereje, algo que ha implicado veladamente la curia recientemente. El 18 de abril, un informe del Vaticano reprendió formalmente la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas, unión de un 80% de las 57.000 monjas de EE UU, a la que Campbell está asociada. Además, esta sor es directora ejecutiva de Network, un lobby político al que ese mismo informe acusa de minar la doctrina oficial.

 

“Los obispos de EE UU están claramente alineados con un ideario derechista”, explica Campbell. “Hay una lucha entre una cultura de absolutismo monárquico, donde es el hombre quien lo decide todo, y otra cultura democrática, la nuestra. Creemos que es bueno tener en cuenta todas las voces mientras en Roma, en línea con una antigua tradición, se piensa que el monarca absoluto es la única voz”.

 

Hay algo que a Campbell, miembro de las Hermanas del Servicio Social, le enerva del informe del Vaticano: “Se dice, básicamente, que trabajamos demasiado con los pobres. ¿Y con quién vamos a trabajar si no? ¿Qué es lo que dijo Jesucristo?”. Como directora ejecutiva de Network, ha departido en numerosas ocasiones con el presidente Barack Obama, y le ha apoyado en sus esfuerzos por aprobar una ley de reforma de la sanidad. “Eso me lleva a pensar que el problema es político, no doctrinal”, explica.

 

Aunque ha hecho los votos de pobreza, castidad y obediencia, Campbell no luce hábito. Solo un detalle revela su afiliación: un pequeño broche en el que se lee el lema de su congregación: “Espíritu Santo, ven”. ¿Es difícil ser una monja en uno de los frenéticos epicentros del poder? Campbell ríe. “Me ayuda levantarme cada mañana a las cinco para meditar. Me hace estar abierta al Espíritu Santo, a quien se encomienda mi agrupación”.

 

Hay algo que la monja le pide a los obispos y a la curia vaticana: que vengan a EE UU y pasen tiempo con los desfavorecidos. “Que vean cómo nuestros miembros representan a Cristo en las calles, que dejen que sus corazones queden rotos por aquellos que sufren, los pobres. Entonces, de verdad, cambiarían su opinión”, explica. Hay algo desafiante en la hermana Campbell, que transmite un aire de serenidad, segura de que se halla del lado de los justos.

 

¿El siguiente punto en su agenda? No duda ni un instante: “¡La reforma migratoria! Desde EE UU exportamos televisión y creamos esperanzas. Y si combinas hambre y esperanza, la gente busca emigrar. ¡Tenemos tantos acuerdos para el movimiento libre de capital, pero no hay ninguno para el libre movimiento de personas!”. En año de elecciones presidenciales, suena a gran batalla. Y esta Juana de Arco moderna está dispuesta a librarla.

 

FUENTE: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/05/03/actualidad/1336056590_229128.html

La inquisición actual y las religiosas norteamericanas

Ivone Gebara
Escritora, filósofa e teóloga

Una vez más hemos visto horrorizadas "la evaluación doctrinal" o llamada de atención o castigo dirigido por la Congregación de la Doctrina de la Fe a quien, según ella, sale fuera de la observancia de la correcta doctrina católica. Solo que en esta ocasión el dedo acusador no señala solo a una sola persona, sino a una institución que agrupa y representa a más de 55.000 religiosas de Estados Unidos. Se trata de la Conferencia Nacional de las Religiosas, conocida por su sigla LRWC – Conferencia de Liderazgo Religioso Femenino. Estas religiosas a lo largo de su historia desarrollaron y aún desarrollan una amplia misión educativa por la dignidad de muchas personas y grupos, dentro y fuera de los Estados Unidos.


La mayoría de estas mujeres pertenecientes a diferentes congregaciones nacionales e internacionales, además de su formación humanista cristiana, son intelectuales y profesionales en diferentes campos del conocimiento. Son escritoras, filósofas, biólogas, teólogas y sociólogas, abogadas; tienen un amplio curriculum y competencia reconocida nacional e internacionalmente. También son educadoras, catequistas y promueven la práctica de los derechos humanos.


En muchas situaciones fueron capaces de exponer su vida en favor de personas víctimas de injusticias o se opusieron a las conductas gravemente injustas y opresivas asumidas por el gobierno de los Estados Unidos. Tuve el honor de conocer a algunas de ellas que han sido detenidas porque se pusieron en la primera fila en las manifestaciones que demandaban el cierre de la Escuela de las Américas, institución de Gobierno estadounidense que prepara a militares latinoamericanos para actuar en sus respectivos países de forma cruel y represiva. Estas religiosas son mujeres de reflexión y acción con un largo historial de servicios no sólo en su país, sino en muchos otros.


Actualmente están bajo sospecha y bajo la tutela del Vaticano. Son criticadas por estar en desacuerdo con los obispos, considerados "Los auténticos maestros de la fe y la moral”. Y además, están siendo acusadas de ser partidarias de un feminismo radical, de desviaciones de la doctrina católica romana, de complicidad en la aprobación de las uniones homosexuales y otras acusaciones que nos llegan a espantar por su anacronismo.


¿Que sería un feminismo radical? ¿Cuáles serían sus manifestaciones reales en la vida de las congregaciones religiosas femeninas? ¿Cuáles desviaciones teológicas estarían viviendo las religiosas? ¿Nosotras las mujeres estaríamos siendo vigiladas y castigadas por no conseguir ser fieles a nosotras mismas y a la tradición del Evangelio, a través de un sometimiento ciego al orden jerárquico masculino? ¿Estarán los responsables de las Congregaciones vaticanas ajenos a la gran revolución feminista mundial que tocó todos los continentes e inclusive a las congregaciones religiosas?


Muchas mujeres religiosas en los Estados Unidos y otros países son herederas, maestras y discípulas de una de las expresiones más interesantes del feminismo mundial, particularmente del feminismo teológico que se desarrolló en los Estados Unidos desde finales de la década de los sesenta. Sus ideas originales, críticas y posturas libertarias han llevado a una nueva lectura teológica, que les ha posibilitado acompañar a los movimientos de emancipación de la mujer. De esta manera pudieron contribuir a repensar nuestra tradición religiosa cristiana en el rumbo de superar la invisibilización y la opresión de las mujeres. Crearon también espacios alternativos de formación, textos teológicos y celebrativos para que la tradición del Movimiento de Jesús no fuese abandonada por miles de personas cansadas con el peso de las normas y estructuras religiosas patriarcales.


¿Qué actitudes tomar ante ese anacronismo y la violencia simbólica de los órganos curiales y administrativos de la Iglesia Católica Romana? ¿Qué pensar de su marco de referencia filosófico rígido que asimila lo mejor del ser humano a lo masculino? ¿Qué decir acerca de su visión antropológica unilateral y misógina desde la que interpretan la tradición de Jesús?


¿Qué pensar de este tratamiento administrativo punitivo a partir del cual se nombra a un arzobispo para revisar, orientar y aprobar las decisiones tomadas por la Conferencia de Religiosas como si fuésemos incapaces de discernimiento y lucidez? ¿Seríamos acaso una empresa multinacional capitalista en la que nuestros "productos" deberían acatar los dictados de una línea de producción única? Y para mantenerla ¿debemos ser controladas como autómatas por quienes se consideran dueños y guardianes de la institución? ¿Dónde queda la libertad, la caridad, la creatividad histórica, el amor sororal y fraternal?


Al mismo tiempo que la indignación, nos invade un sentimiento de fidelidad a nuestra dignidad de mujer y el Evangelio anunciado a los pobres y marginados nos invita a reaccionar ante este acto repugnante de injusticia.


No es de ahora que los prelados y los funcionarios de la Iglesia actúan con dos pesos y dos medidas. Por un lado las altas instancias de la Iglesia Católica fueron capaces de acoger nuevamente en su seno a grupos de extrema derecha cuya historia nociva, principalmente para jóvenes y niños, es ampliamente conocida. Pienso especialmente en los Legionarios de Cristo, de Marcial Maciel (México) o en los religiosos de Monseñor Lifevre (Suiza) cuya desobediencia al papa y sus métodos coercitivos para conquistar discípulos es testimoniada por muchos.


Esta misma iglesia institucional acoge y recibe a hombres que le interesan por su poder y repudia a las mujeres que desea mantener sumisas. Con su actitud las expone a críticas ridículas difundidas incluso por medios de comunicación católicos de mala fe. En estas mujeres los prelados parecen reconocer formalmente cierto mérito cuando sus acciones se centran en aquellas tareas tradicionalmente ejercidas por las religiosas en las escuelas y en los hospitales. ¿Pero somos sólo eso?


Somos conscientes de que en ningún momento en los Estados Unidos surgió la más mínima posibilidad de que estas religiosas hubieran violado a jóvenes, adolescentes, niños y ancianos. Ninguna denuncia pública manchó su imagen. De ellas no se dice que se aliaran con los grandes bancos internacionales para su propio beneficio. Ninguna denuncia de tráfico de influencias, intercambio de favores para mantener el silencio de la impunidad. Y aún con toda esa trayectoria ninguna de ellas ha sido canonizada ni beatificada por las autoridades eclesiásticas, como sí lo hicieron en casos de hombres con poder. El reconocimiento de esas mujeres viene de las muchas comunidades y grupos cristianos o no, que comparten su vida y sus trabajos con muchas de ellas. Y estos grupos, ciertamente no callarán ante esa "evaluación doctrinal" injusta. que también los afecta directamente.


Plagiando a Jesús en su Evangelio me atrevo a decir: "Tengo pena de estos hombres” que no conocen de cerca las contradicciones y las bellezas de la vida, que no permiten a sus corazones vibrar abiertamente con las alegrías y sufrimientos de las personas, que no aman el tiempo presente, que prefieren la estricta ley a la fiesta de la vida. Solo aprendieron las reglas inflexibles de una doctrina cerrada en una racionalidad ya obsoleta y desde ella juzgan la fe de los demás y especialmente de las mujeres. Tal vez piensan que Dios los aprueba y se somete a ellos y a sus elucubraciones tan lejanas de los que tienen hambre de pan y justicia, de los hambrientos, los abandonados, de las prostituidas, de las violadas y olvidadas.


¿Hasta cuándo tendremos que sufrir bajo su yugo? ¿Qué postura nos inspirará el "Espíritu que sopla donde quiere" para que permanezcamos fieles a la VIDA presente en nosotros?


A las queridas hermanas estadunidenses de la LWRC mi agradecimiento, cariño y solidaridad. Si ustedes están siendo perseguidas por el bien que hacen, probablemente su trabajo producirá abundantes y buenos frutos. Sepan que, unidas a ustedes, mujeres religiosas de otros continentes no permitiremos que silencien vuestra voz. Pero si callaren por un decreto del papel, nosotras haremos de ese decreto una razón más para seguir luchando por la dignidad humana y la libertad que nos constituye. Continuaremos de muchas maneras, anunciando el amor al prójimo como clave de comunión humana y cósmica presente en la tradición de Jesús de Nazaret y en muchas otras, aunque de diferentes maneras. Vamos a seguir tejiendo juntas en nuestro momento histórico un pedazo más de la vasta historia de afirmación de la libertad, el derecho a ser diferentes y pensar diferente y todo esto tratando de no tener miedo a ser feliz.


Abril 2012

 

FUENTE: http://www.redescristianas.net/2012/04/29/eeuu-la-inquisicion-actual-y-las-religiosas-norteamericanasivone-gebara-escritora-filosofa-y-teologa/


El Vaticano ordena cambios a las religiosas norteamericanas.

Por Isabel Gómez-Acebo

http://blogs.periodistadigital.com/isabel-gomez-acebo.php/2012/02/08/p309998#more309998

 

La congregación para la doctrina de la Fe, ha ordenado a la mayor organización de religiosas norteamericanas LCWR que modifique sus estatutos, programas y afiliaciones para que sean acordes con las enseñanzas y disciplina de la Iglesia. Incluso para dirigir el cambio ha nombrado a un obispo de Seattle, Peter Sartain, por un periodo de 5 años.


Dentro de las cosas más importantes que Levada pretende cambiar están: el contenido de las conferencias anuales a la asamblea, la disidencia a nivel de congregación sobre las enseñanzas sexuales de la Iglesia y temas de agenda feminista. Por lo visto, a Levada le habían llegado cartas de superioras de algunas órdenes, pidiendo un cambio sobre la ordenación de las mujeres y el trato a los homosexuales “que las colocaba fuera del pensamiento eclesial y las convertía en mal ejemplo para sus comunidades”. También les echa en cara, que no hicieran eco de la carta apostólica de Juan Pablo II, Ordinatio Sacerdotalis, que prohibía la ordenación femenina.


Niega la posibilidad que este rechazo de la doctrina eclesial pueda ser profético, como algunas religiosas defienden, y ofrece un encuentro con las dirigentes para estudiar el documento conjuntamente, y evitar que sea mal interpretado.


La noticia, que es consecuencia de la investigación llevada a cabo en los últimos años, no ha caído bien. Joan Chittister, una de sus presidentas en el pasado, considera que la orden es inmoral ya que las religiosas no han hecho nada malo y lo que se trata es de controlar su pensamiento que discurre sobre los signos de los tiempos. “Si dejamos de pensar, que es un don, nos dice, estaremos traicionando a la Iglesia aunque sus dirigentes consideren que es inconveniente. Cuando yo era niña en mi ciudad era pecado entrar en una iglesia protestante, algo que la Iglesia ha admitido era un error, pero el escándalo de ese error ha durado 400 años”.


Las religiosas han tratado desde el Vaticano II de ayudar a la Iglesia para evitar las tinieblas y el control… han sido un regalo para la Iglesia en su liderazgo, su amor y su continua fidelidad. Tratar de reformar a estos testigos supone someter a la Iglesia a otros 400 años de oscuridad.


Al final esta política las empuja a desmembrarse para formar una asociación civil como única manera de poder crecer y nutrir los carismas de cada institución adaptándose a los signos de los tiempos. Si todo lo que se hace tiene que ser aprobado por alguien de fuera, se reniega de los carismas y de la habilidad de las mujeres.


Cuando leo estas cosas me acuerdo de las personas que lo quieren dejar todo atado y bien atado de antemano, sin pensar que la historia empuja en todos los sentidos y lo que era válido hoy, no lo es mañana. Parece que hemos entrado en una dinámica inquisitorial que nos lleva a Irlanda, a Austria, a España, a los Estados Unidos… la imposición y las condenas no sirven de mucho si no se convence y predisponen en contra. Negar a las mujeres que reivindiquen su responsabilidad en la Iglesia, es semejante a prohibir que los esclavos reclamen su libertad, o que los padres testifiquen contra sus hijos. Por otro lado, mantener sin cambios la doctrina sexual de la Iglesia está llevando a un disenso masivo de los fieles ¿No habrá que escuchar todas estas voces? ¿Por qué no se hace?

 

Perfil biográfico de ISABEL GÓMEZ-ACEBO


Isabel Gómez Acebo Duque de Estrada nace en Madrid en 1940 es licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense y en Teología por la Universidad de Comillas donde ha impartido clases de teología hasta su jubilación. Preside y dirige la Fundación Sagrada Familia, entidad dedicada a residencias de ancianos que cuenta con 3 centros en Madrid. Está casada y es madre de 6 hijos.


Miembro fundador de la Asociación de Teólogas Españolas, pertenece a la Asociación Europea de Mujeres para la Investigación Teológica ESWRT y forma parte del comité científico de EFETA, una asociación que imparte dos cursos de teología feminista por internet. Ha dirigido y participado en la colección de teología En Clave de Mujer editada por Desclée de Brouwer de la que se han publicado 25 títulos. Ha escrito y escribe en numerosos libros colectivos, en revistas españolas y extranjeras y ha participado en numerosos congresos de teología nacionales e internacionales.


Objetivos del blog


Pretendo ofrecer la voz de un colectivo que está poco representado en la página de Religión Digital que son las mujeres y especialmente las madres de familia. Y en segundo lugar, aportar lo que pasa en otras partes del mundo porque los españoles tendemos a centrarnos en nuestros problemas y es bueno saber cómo soluciona los suyos otros colectivos.

ESTADÍSTICAS MUNDIALES SOBRE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

La margarita se deshoja...

Sus pétalos no muestran nada bueno.

La violencia de género no puede tolerarse de ninguna manera...

(Campaña mundial de la Cruz Roja)

 

Post escrito por ANA SCHWARZ

@anaschwarz

ana.schwarz.g@gmail.com

 

  • Del 45% al 60% de los homicidios contra mujeres se realizan dentro de la casa y la mayoría los cometen sus cónyuges.
  • La violencia es la principal causa de muerte para mujeres entre 15 y 44 años de edad, más que el cáncer y los accidentes de tránsito.
  • La violencia contra las mujeres y las niñas es un problema con proporciones de epidemia, la violación de los derechos humanos más generalizada.
  • La Comisión de las Naciones Unidas señala que por lo menos una de cada tres mujeres y niñas ha sido agredida física o abusada sexualmente en su vida.
  • El miedo y la vergüenza siguen impidiendo que muchas mujeres denuncien la violencia y, por ello, los datos recogidos son inconsistentes.
  • La violencia contra la mujer, destroza vidas, rompe comunidades y detiene el desarrollo. Ellas son parte vital de nuestra sociedad.
  • La violencia a las mujeres ha existido siempre. Lo más grave es que nos hemos acostumbrado a ella y la vemos como algo normal.
  • Las adicciones alteran la conducta y en la mayoría de casos de violencia a mujeres es bajo el efecto de alcohol o drogas.
  • En México 1 de cada 5 mujeres ha sido maltratada física o sexualmente.
  • Cada 15 segundos una mujer es agredida.
  • En 1 de cada 3 hogares ha habido maltrato emocional, intimidación, abuso físico y sexual.
  • A escala mundial, se estima que al menos 1 de cada 3 mujeres ha sido golpeada, coaccionada para tener relaciones sexuales o ha sufrido otro tipo de abusos por algún hombre presente en su vida.
  • Cada 6 horas ocurre el asesinato de una mujer en México.
  • 1 de cada 5 días de trabajo que pierden las mujeres se debe a la violencia que sufren.
  • 40% de los asesinatos de mujeres ocurren en su propio hogar.
  • Cada 9 minutos una mujer es violentada sexualmente.
  • 4 de cada 5 de las mujeres separadas o divorciadas reportaron situaciones de violencia durante su unión, y un 30% continuaron padeciéndola, por parte de ex parejas, después de haber terminado su relación.
  • Más de 85% de los casos de agresión contra mujeres que son denunciados en México quedan impunes.
  • Del total de las mujeres casadas o unidas, 60% ha sufrido algún tipo de violencia patrimonial, ya sea por algún familiar u otra persona.
  • Los costos sociales y económicos de la violencia contra la mujer son enormes y repercuten en toda la sociedad. Las mujeres pueden llegar a encontrarse aisladas e incapacitadas para trabajar, perder su sueldo, dejar de participar en actividades cotidianas y ver menguadas sus fuerzas para cuidar de ellas mismas y de sus hijos.
  • En México, los costos económicos y sociales derivados de las agresiones hacia las mujeres, sus familias y comunidades ascendieron, en 2008, a más de 168 mil millones de pesos.
  • Los costos económicos de la violencia se calculan a partir de la menor participación de las mujeres en el mercado laboral, menor productividad en el trabajo y mayor ausentismo; la violencia también genera menor capacidad de ahorro e inversión.
  • La violencia doméstica tiene un impacto potencial sobre la capacidad futura de los niños para conseguir un empleo adecuado, ya que los niños que vienen de hogares violentos suelen tener escaso rendimiento escolar, en Latinoamérica, la edad promedio de deserción escolar es de 9 años en caso de existir violencia intrafamiliar, contra 12 años en caso de no contar con ella.

 

La única forma de terminarcon con  los abusos del fuerte contra el débil es hacer consciencia del daño que nos hacemos TOD@S al convivir con la Violencia Doméstica.


Tu puedes apoyar el cambio, compartiendo esta información en tu Red de contactos. 

PUTAS O SANTAS, todas perdemos

Por: Por Juana Gallego

 

Y dijo el hombre: dividamos a las mujeres en dos categorías antagónicas e irreversibles. Las buenas no podrán tener sexo con quien quieran, sólo con quien deban. Las malas con todo el que pague, pero serán despreciadas. De las buenas abusaremos en la intimidad del hogar, pero a cambio las consideraremos santas. Las malas serán de uso colectivo, no merecerán ningún respeto, pero serán imprescindibles para combatir el aburrimiento que nos provocan las primeras. Y vio el hombre que lo así estipulado era bueno. 

 

De  esta manera, grosso modo, ha funcionado el mundo hasta hace bien poco, cuando algunas locas feministas empezaron a denunciar lo injusto de la situación. Desaparecida por fortuna -o en vías de desaparición- la consideración moral sobre el uso que las mujeres quieran hacer de su sexualidad, la prostitución emerge como un colosal y alegal negocio donde se dan las mayores ignominias y las mayores rentabilidades. ¿Prostituta forzada? ¿Prostituta libre? Difícil cuestión. 

 

El tráfico sexual de mujeres y niñas es el más execrable negocio desde que se abolió la esclavitud, y sin embargo ahí está, creciendo año tras año. Y por lo que respecta a la puta liberada, es curioso que en la España actual la mayoría de ellas procedan de otros países. ¿Hemos de entender que a las foráneas les apetece más dedicarse a esta actividad que a las autóctonas? La pregunta del millón es ¿qué hacer con la prostitución? Ya lo he dicho en otro lugar: estoy a favor de las prostitutas, pero en contra de la prostitución.

 

Hay que propiciar que las prostitutas tengan acceso a los derechos sociales que como personas les corresponden: cobertura médica, desempleo o jubilación. Pero como mujer feminista no puedo ni quiero legitimar esta manera de gestionar la sexualidad masculina. Hay que tomar iniciativas para abolir esa práctica patriarcal con la que todas las mujeres salimos perdiendo, porque a todas nos han considerado “zorras”

 alguna vez.

 

Lo que hay que afear, discutir, cuestionar, sacar a la luz es la existencia de los clientes, esos individuos de sexualidad miserable para los que recurrir a una prostituta tiene que tener algún plus más allá de la mera pulsión sexual. Quizá sea sentirse el amo momentáneo de un cuerpo humano, saber que mandas, que harán lo que tú quieras, que satisfarán tus deseos, que te sentirás poderoso, que durante diez minutos o diez horas esa mujer, esa niña, ese joven estarán a tu servicio y sentirás que has recuperado ese poder del que se te está desposeyendo cada día un poquito más. Para mí no son más que escoria, hayan pagado 5 euros o 5.000.

 

FUENTE: http://juanagallego.wordpress.com/2012/03/24/putas-o-santas-todas-perdemos/

PATRIARCADO: Nunca más de moda

 

Deberíamos revisar la cantidad de acciones que realizamos al día, que están sujetas a las normas de un patriarcado agresivo, como el que hoy día está de moda.

La crisis está afectando especialmente a las mujeres, que compiten por sobrevvir en desigualdad de condiciones. Al mismo tiempo, el estado del mundo está provocando un sentimiento de inseguridad que recupera las ideas conservadoras sobre las mujeres. Nuestro mundo lleva a gala el determinismo biológico, es decir, que somos diferentes biológicamente hablando, por lo que es comprensible que ciertas conductas se den en las mujeres y otras diferentes en los hombres. Para ilustrar la idea de hoy, una viñeta.

 

FUENTE: http://www.mujeresyteologia.com/2012/02/patriarcado-nunca-m%C3%A1s-de-moda.html

 

Olga Álvarez: la primera mujer cura colombiana.

"Nosotras debemos tener mayor visibilidad en el altar. No vamos a esperar más, no vamos a rogar más por permiso, no vamos a dejar la Iglesia que amamos. Nosotras vamos a liderar la Iglesia siguiendo la palabra de Dios", dijo la obispo Bridget Mary, quien presidió la ordenación de la colombiana.

Este movimiento de sacerdotisas empezó hace años en Alemania y ha ido creciendo. 

En 2002 siete mujeres fueron secretamente ordenadas por dos obispos católicos. 

El movimiento cuenta con el apoyo de distintos grupos que rechazan el machismo de siglos del Vaticano. 

 

Ni monja, religiosa o misionera: Olga Álvarez se niega a desempeñar otro rol en la iglesia católica que no sea el de cura. Ella es la primera latinoamericana en unirse al movimiento de sacerdotisas católicas, integrado por 230 mujeres alrededor del mundo.  

Antes de girar el pomo de la puerta, tomó un respiro y se repitió a sí misma: "Estoy segura y cada vez me siento más segura". No era la primera vez que repetía esas palabras. Eran la traducción literal de la fuerza interior que la impulsó a tomar la decisión que cambió su vida. Dos obispos cristianos presionaron por segunda vez el timbre. Olga Álvarez, la mujer que se convertiría en la primera sacerdotisa católica colombiana, no los hizo esperar más y abrió.


Una vez acomodados en la sala de su casa -sin muchos preámbulos-, uno de ellos le preguntó: -¿Tú sabes en que te has metido?

Olga notó que la entonación del clérigo no era la de una pregunta, sino la de una advertencia. El segundo obispo continuó:

 

-Yo me opongo a la ordenación de mujeres -citando, de alguna manera, los casos de las sacerdotisas de las iglesias presbiterianas, anglicanas y luteranas-. No voy a ordenar mujeres porque la experiencia ha demostrado que no tienen éxito. La gente no las acepta.


La colombiana trató de dar una respuesta contundente: - Sí, yo sé en qué me he metido y mi experiencia ha sido distinta. Un mes antes de su ordenación en los Estados Unidos, los obispos ya la habían llamado por teléfono. Los jerarcas de dos iglesias de la fe cristiana habían manifestado su preocupación por los rumores alrededor de su intención de asumir el rol de sacerdotisa católica. La reverenda Judy Lee, coordinadora del Programa de Preparación del movimiento, confiesa que el camino de iniciación en el sacerdocio empezó a comienzos de 2010, cuando Olga contactó a la organización vía Internet. Desde 2008 Álvarez conocía el movimiento a través de Elfriede Harth, una amiga colombo-alemana, pero no estaba convencida. 

 

Buscó publicaciones que explicaran en detalle la noticia revolucionaria del clero femenino dentro del catolicismo, y un artículo publicado en la Revista Concilium de España le dio todas las respuestas. Pero dos años más tarde, y tras un breve paso por la Iglesia anglicana, esta mujer de 70 años se dio cuenta de que su verdadero llamado era ser cura y en ninguna otra iglesia que no fuera la católica. El proceso para lograrlo no fue nada simple. 


Tuvo que certificar su educación religiosa y teológica y una experiencia pastoral. Más allá de la preparación espiritual, en este documento, en caso de tenerlo, también tenía que demostrar el apoyo de esposo o compañero, acreditar cartas de referencia de profesores, un chequeo del pasado criminal y una constancia médica sobre su buen estado físico y mental.

 

El encuentro entre Olga y los obispos se llevó a cabo cuando no había marcha atrás. Ella ya había seguido al pie de la letra todos los pasos para ingresar al movimiento, incluyendo una visita en julio de la reverenda Judy Lee a la comunidad de la sacerdotisa católica en Colombia. Los dos obispos, sin embargo, todavía tenían la esperanza de hacerla desistir. Le dijeron que para servir a Dios había otros caminos y no el de la traición. No hubo caso. Cuando el prelado se disponía a salir de la casa, uno de los obispos dijo:


- Lamentamos que te hayamos perdido. El primer acercamiento a la vida de una comunidad religiosa de Olga tuvo lugar en Santa Marta. -Estaba muy joven, tenía unos veinte años y trabajaba como vendedora en Tejicóndor. Un día decidí que era el momento de tomar dos años para darle un aire nuevo a mi vida. Me fui a la Costa con una compañera misionera. El plan era encontrarnos con otras misioneras de la Unión Seglar de Misioneros.

 

En la sierra, se sentaron junto a misioneros e indígenas alrededor de una fogata. - Escuché acusaciones de los indígenas contra los misioneros. La líder de la aldea, Dionisia Izquierdo, le decía enérgicamente al padre Lorenzo, el misionero capuchino, que su pueblo no estaba en contra del desarrollo, pero que no podían estar de acuerdo con la construcción de carreteras en tierra sagrada y tampoco con que se hubieran llevado a varios niños al Orfanato San Sebastián de Rábago.  

Esa conversación no la dejó tranquila. Sintió que ella debía ser un puente entre la religión católica y las creencias y los valores de los indígenas y los afrocolombianos. Se unió a misiones en el Cauca y el Chocó. Los dos años de viajes se convirtieron en 40 años de procesión religiosa, que empezaron con misiones lideradas por el obispo católico Gerardo Valencia Cano y la Fundación Unión Seglar de Misioneros, para luego echar raíces en un cargo administrativo como secretaria de la oficina de la Teología de la Liberación en Bogotá, fundada por el mismo obispo, y que ahora es conocida como el Servicio Colombiano de Desarrollo Social. 

 

- Nosotras debemos tener mayor visibilidad en el altar -dice la obispa-, no vamos a esperar más, no vamos a rogar más por permiso, no vamos a dejar la Iglesia que amamos. Nosotras vamos a liderar la Iglesia siguiendo la palabra de Dios.

La alta jerarca justifica la existencia de mujeres curas al recurrir a los anales de la historia, que indican que las mujeres sirvieron en ministerios durante los primeros 1.200 años de la Iglesia. 


- Lee Romanos 16: Pablo saluda a Phoebe y se refiere a ella como diácono, de la misma manera en que menciona a Timoteo, otro líder de la Iglesia. Por favor no dejes que los curas y obispos hombres te insistan en que no había mujeres apóstoles: Junia, María Magdalena, Johana son nombradas en Lucas 8. 

Para Mary, una de las cuatro primeras obispas en los Estados Unidos, el carácter comunitario de la Iglesia cambió en la era del emperador romano Constantino, cuando adquirió una estructura formal y los hombres religiosos empezaron a ser líderes en el espacio público.

- De repente solo estos hombres contaban con algo similar a poderes mágicos, que les otorgaban la autoridad para presidir la eucaristía. Así mismo la prohibición de hombres casados era una precaución para que sus hijos no heredaran la propiedad de la Iglesia. 

Las fotografías de Janice Duszynska, la mujer que escandalizó al clero al colarse en varias ordenaciones de sacerdotes y retar a los obispos quitándose su abrigo y exhibiendo su alba y estola para ser ordenada sacerdote, han sido recurrentes en los medios norteamericanos. 

 

Desde su ordenación en diciembre del año pasado, Olga Álvarez ha realizado más de cuarenta celebraciones eucarísticas en el país. La reverenda Lee la llama cariñosamente "Pablita", porque como el apóstol Pablo se ha movido por todo el territorio nacional para llevar su palabra. Una segunda mujer colombiana fue ordenada en marzo, pero esta vez dentro del país. 


Ella no revela su nombre debido a que teme que pierda su trabajo.  Al viajar a Colombia para la ordenación de Marta*, la obispa Bridget Mary vio por televisión la instalación de un obispo y tanto niños como personas de escasos recursos lo abrazaban. Tenía entendido que el obispo asumía su ministerio en un área amenazada por el conflicto, por ello regresó a los Estados Unidos con el alivio de saber que "Colombia era tierra fértil para el movimiento".

 

En esta misma línea, monseñor Córdoba anunció como buena noticia que la Iglesia católica fue designada por el gobierno para realizar la veeduría y distribución de recursos para socorrer a las personas afectadas por la ola invernal, dada su presencia en sitios remotos de la geografía nacional. 

Las misas más recientes de la cura colombiana fueron para un plantel estudiantil de más de 800 estudiantes. Con una sonrisa, Olga cuenta que la comunidad le compró el pasaje para que viajara a cerrar las jornadas en derechos humanos organizadas por el colegio. 

-Llevaba puesta una estola con muchas caritas de niños. Algunos estudiantes se acercaron, fijaron su mirada hacia mis ojos y después la bajaban por la estola, ¡esa estola los deja fascinados! Para ella no hay duda de que estos niños y adolescentes ya sienten curiosidad por el sacerdocio y por la encarnación de un cura en la imagen de una mujer. Olga ya puso en marcha su revolución.

  

http://periodicoelhalcon.blogspot.com/2011_10_25_archive.html
http://www.eltiempo.com/gente/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-10607124.html

http://www.lapatria.com/story/oasis-655


Cuando las mujeres se sienten creyentes y feministas

CUANDO LAS MUJERES SE SIENTEN CREYENTES Y FEMINISTAS
Un grupo de mujeres de barrios de Barcelona pertenecientes a la HOAC estuvieron durante un tiempo trabajando en seminario interno sobre fe y feminismo. A partir de sus reflexiones coorganizamos un simposio, del que ellas fueron ponentes y en el que participamos varios miembros del equipo Cristianisme i Justícia y otras personas interesadas en el tema. La jornada de trabajo estuvo movida por las tensiones de un debate nada fácil y no cerrado ni en nuestra Sociedad, ni en nuestra Iglesia.

Por el interés del tema decidimos publicar este Cuaderno en el que se recogen, como indico en seguida, las aportaciones más importantes de aquel Seminario y del Simposio subsiguiente. La inquietud que movió a las organizadoras del Seminario interno era ser creyentes y feministas. De ahí el título que damos a este Cuaderno donde se definen muy acertadamente sus preocupaciones: Cuando las mujeres se sienten creyentes y feministas.
Cuando las mujeres se sienten creyentes
Documento Microsoft Word 45.2 KB

Vidas reales versus vidas probables

Por: Florence Thomas*

La etimología de la palabra pedofilia nos cuenta que viene del griego paidós, niño, y philos, amigo, y significa entonces "amigo de los niños". Ahora bien, los sacerdotes pedófilos tienen una fatal manera de ser amigos de los niños e incluso de las niñas: abusan de ellos, confunden caricias con toquecitos nada santos y su mal amor hacia los niños o las niñas se vuelve una atracción sexual incontenible.

Hoy, la palabra 'pedofilia' se refiere exclusivamente al abuso sexual de un niño o de una niña por parte de un adulto. En este caso, el adulto del cual hablamos es un eclesiástico que ha hecho votos de castidad. Y de nuevo, según afirmaciones de la prensa mundial, la Iglesia está salpicada por el escándalo de pedofilia en sus diversos rangos. De hecho, hace años que regularmente, y en muchos países, salen a la luz historias vergonzosas de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia Católica.

Historias que generan las mismas discusiones alrededor del celibato obligado de estos hombres, los mismos arrepentimientos ante las víctimas, infame y velozmente convertidos en millones de euros o dólares de compensación. Mucho encubrimiento y tolerancia y muy poca "mea culpa" ante la dimensión del problema a nivel mundial. Esto probablemente hace parte de la solidaridad de género y del clero. Porque pocos, por no decir ninguno, se han tomado el trabajo de examinar verdaderamente las implicaciones de conductas de pedofilia hacia niños o adolescentes, como si la vida de los menores nada les importara. Y, sin embargo, son muchas vidas trastornadas para siempre, sufrimientos silenciados y secuelas a veces imborrables al menos de tener la posibilidad de años de terapia.

En fin, mucha benevolencia e indulgencia para algunos sacerdotes que contrasta de manera insostenible con la dureza, severidad e inclemencia de los juicios de la Iglesia hacia todo lo relacionado con los derechos sexuales y reproductivos, y muy particularmente con el recién inaugurado derecho al aborto para niñas o mujeres violadas, malformación del feto incompatible con la vida o salud de la mujer gestante en peligro.

Y seamos precisos: un niño víctima de abuso es una vida real abusada. Un embrión o un feto abortado son vidas probables, vidas en devenir que tendrán que sortear muchos albures para llegar a feliz término.

Sí, son vidas reales versus vidas probables. Y, sin embargo, parecería que a gran parte del clero le importan mucho más las vidas probables que las vidas reales. Ya Simone de Beauvoir, en 1949, en su obra magistral El segundo sexo afirmaba que la sociedad que se mostraba siempre tan obstinada en la defensa de los derechos del embrión se desinteresaba de los niños tan pronto nacían. Y esta reflexión bien se podría referir a ustedes, señores obispos, señores curas y prelados. Dejen de juzgar tan temerariamente a las mujeres violadas que deciden abortar, a las mujeres que ustedes obligan a arriesgar su salud o su vida por no permitirles un aborto, a las mujeres que deciden ser madres desde el deseo y el amor e interrumpir voluntariamente su embarazo porque saben que todo niño, toda niña, tiene derecho a una vida digna y a un desarrollo en las mejores condiciones posibles.

Las mujeres saben también que la única vacuna para la felicidad de un niño o de una niña tiene nombre: se llama amor y deseo de ser madre. Sí, pongo en la balanza un acto de pedofilia frente a la interrupción voluntaria de un aborto. Y les pregunto: ¿qué es más grave: derrumbar una vida real o impedir una vida en devenir, una vida probable? Responder a esta pregunta me parece pertinente y urgente para la sociedad.

*Coordinadora del grupo Mujer y Sociedad
Licencia del artículo: Copyright - Titular de la Licencia de artículo: eltiempo.com/Sección: Editorial – opinión/Fecha de publicación: 13 de abril de 2010.
 
Fotografía tomada de la web, página de libre circulación, autor o autora desconocido o desconocida.

“Defender mejor a los abortados por la sociedad” - Ivone Guevara, Hermana de Nuestra Señora -Managua, Nicaragua

* Lo que se aprobó fue un decreto de pena de muerte contra las mujeres, denunció. 

* “¿A qué políticas oscuras religiosas obedece esta decisión del Parlamento?”, cuestiona. 

* “¿Quien mata mujeres y niños es esta sociedad jerárquica, y desgraciadamente tiene el poder y los púlpitos para hablar”? 

Ivone Gebara, teóloga de Hermanas de Nuestra Señora, brindó a END fuertes declaraciones que cuestionan a la sociedad política y clerical: “Me pregunto: ¿pero qué vida defienden? ¿Por qué no defienden la vida de los niños de la calle y que son abortados por la sociedad? ¿Y por qué no defienden la vida de la gente que no tienen tierra, que no tiene comida, que no tienen viviendas, que no tienen futuro? ¿Por qué sólo de los embriones se habla en nombre de Dios y por qué no se habla de las otras vidas en nombre de Dios?” 

La monja y teóloga brasilera Ivone Gebara estaba espantada, como lo declaró a EL NUEVO DIARIO, al enterarse de que los diputados nicaragüenses, a su juicio, hicieron a un lado la Constitución que establece el Estado sin religión oficial para derogar finalmente el aborto terapéutico. 

“Es una vuelta hacia atrás, hay un regreso”, dijo conmocionada, al ser testigo de algo inimaginable en el mundo moderno. “¿A qué políticas oscuras religiosas obedecieron esta decisión de los legisladores?”, preguntó. 

“Para mí como feminista, solidaria con las feministas de Nicaragua, en la lucha por la dignidad humana, veo que aprobaron un decreto de muerte para las mujeres”, denunció. 

Lo que aconteció en la Asamblea Nacional recientemente no fue un “avance por la vida, sobre todo cuando se sabe que el aborto es una de las causas de mortalidad de las mujeres, de las más importantes, particularmente de las pobres, porque las ricas cuentan con instituciones particulares”. 

Para mí es un espanto, sobre todo con la referencia que tenemos en América del sandinismo, del gobierno democrático, que desde hace mucho acompañamos en la lucha como una referencia, dijo. 

Falsa laicidad del Estado 

El artículo 14 de la Constitución establece que el Estado no tiene religión oficial, ¿cómo ve la introducción de elementos religiosos en esta decisión de penalizar el aborto terapéutico? 

Es algo falso, mentiroso, que el Estado es laico, porque si fuera así, no se dejaría convencer por poderes religiosos. En realidad, el Estado, y no sólo el nicaragüense, en Latinoamérica dicen que son laicos, pero, me pregunto, ¿a qué políticas oscuras religiosas obedecen?, ¿a qué alianzas responden? 
Pienso que hay que rediscutir la laicidad del Estado, porque para mí el hecho de que los gobernantes gobiernen por sus convicciones religiosas o las de otros es un atentado contra la laicidad del Estado. 

Pienso que la cuestión del aborto no es un asunto religioso, sino una expresión política, además de filosófica y antropológica, y es la consideración de la mujer como un ser de menor capacidad, que hay que decidir por ella, que no tiene autonomía sobre su cuerpo. 

Por eso, la lucha de las feministas en América Latina y los movimientos sociales de varones que se dan cuenta de que lo que planteamos no es nada en contra de nuestros cuerpos o de los varones. Lo que planteamos es la dignidad, la elección de la autonomía de nuestros cuerpos y el derecho a la vida. 

¿Cómo pueden hablar del principio del derecho de la vida sin preguntarse qué vida garantizan? Garantizan la vida de un embrión o de un fruto anancefálico, pero matan a la madre. Entonces ¿qué vida garantizan? 
Esto me causa una profunda tristeza, con todos los nicaragüenses que no han podido aceptar esto como una decisión de ellos. 

No se trata de matar 

Los que penalizaron el aborto terapéutico preguntarían ¿cómo una monja que anda con la Biblia, a juicio de los que penalizaron el aborto terapéutico, está a favor de las mujeres que matan a los niños chiquitos? 

La primera cosa, no se trata de matar niños. Quien mata mujeres y niños es esta sociedad jerárquica, opresiva y que desgraciadamente, como tiene el poder y los púlpitos para hablar, las iglesias, el poder sagrado, entonces no escucha los gritos, el sufrimiento real de las personas. Viven aislados en sus conceptos respecto a la vida. 

De nuevo hay que preguntar ¿qué vida respetan? Sí, soy teóloga y monja, e intento interpretar el cristianismo desde otra clave, y no desde la clave machista, patriarcal. Lo hago desde la clave que me parece a mí: lo más importante en el cristianismo es salvar la vida. Hablo desde la clave del amor hacia el prójimo. 

De ahí, me pregunto, ¿qué aman? ¿aman un proyecto de ser humano?, ¿aman la unión de dos células?, ¿aman el embrión? Pero no aman a las mujeres, no aman a las familias. Yo respondería que hay contradicción en los términos despectivos de este tipo de amor. 

He escuchado de líderes evangélicos que si una niña o mujer fue violada debe dar a luz. ¿Qué consideraciones tiene? 
En las Escrituras no hay nada de eso. Y creo que cuando se desarrollan estas ideas es una falta de sicología total, como si las niñas de 9, 10 años, que han sido violadas, fueran puras máquinas de hacer chicos, que no son seres humanos, que no tienen historia, no tienen emociones. 

No se dan cuenta de que estas niñas, estas chicas violadas, viven durante nueve meses en la espera de que les nazca la criatura, como si fuera una gallina que luego entregará sus pollitos. ¡Qué cosa inhumana! No puedo entender la reducción que hacen de los cuerpos de estas niñas, de estas jóvenes, de las mujeres, hasta verlas como gallinas que empollan. ¡No valemos! ¿En nombre de qué Dios hablan? Ésta es una concepción de que las personas fuéramos máquinas y que Dios también es una máquina. 

Hablan del nombre del Señor ¿y de qué Señor hablan? ¿En nombre de quién hablan?, ¿del Señor de la Vida? No encontramos en la Biblia esto que ellos dicen. Es pura invención. 

Sin embargo, son líderes de opinión y conducen la fe de congregaciones enteras. El año pasado, al calor de las elecciones nacionales, se movilizaron las iglesias católicas y evangélicas, pero entre las participantes iban mujeres, asimilando este mensaje con carteles en contra del terapéutico. 

Claro, éste es el drama, porque las que están con las cartelones no son aquellas que han sufrido el abuso sexual, las que están con las pancartas no son las niñas de nueve años que han sido abusadas muchas veces por sus propios padres, por sus tíos o hermanos, o un tipo de la calle. Y sabemos que los abusos sexuales en toda América Latina, los más numerosos son los hechos por los miembros de la propia familia. Desconocer este problema social es desconocer la consecuencia sicológica que tienen estas niñas. 

Entonces, dicen, “sí, pero la vida Dios la dio”. Y digo, sí, Dios la dio, pero la vida que ustedes imponen a estas chicas es una vida indigna. Y no se quiere matar a los niños. No se mata a los niños. Bueno, ¿cuántos y cuántos abortos, o interrupción natural del embarazo que pasan tantas mujeres no se hacen? ¿Y por qué hacer esta guerra en contra de las mujeres? 

Pienso que no son razones religiosas, porque la palabra religión quiere decir respeto, unión, comunión con la gente. Pienso que es algo político en esta defensa del embrión. Es una manifestación de fuerza, que estas iglesias y estos partidos ya no tienen un proyecto que convenza, y por eso entran con este asunto que es muy emocional y aparecen como defensores de la vida. 

Me pregunto: ¿pero qué vida defienden? ¿por qué no defienden la vida de los niños de la calle y que son abortados por la sociedad? ¿Y por qué no defienden la vida de la gente que no tiene tierra, que no tiene comida, que no tiene viviendas, que no tiene futuro? ¿Por qué sólo de los embriones se habla en nombre de Dios y por qué no se habla de las otras vidas en nombre de Dios? ¿Por qué se les permite que se mueran de hambre? ¿Por qué se les permite que no tengan hospitales, y medicinas para curarse y médicos que los atiendan? Para mí esto es mucho más un proyecto político que un proyecto cristiano. No tiene apoyo en las Escrituras. Simplemente decir que Dios pide que respetemos la vida, sí, claro, pero respetemos todas las vidas. Pero si hay que elegir entre un embrión que todavía no es persona humana, porque el sistema neurológico uno lo adquiere al final de la gestación, no tiene vida autónoma. Pero defienden el embrión y no a las personas humanas, como las mujeres, los ancianos. 

Creo que es una posición desubicada, pero que es dicha de una manera tan emocional y esta emoción pasa a ser ley. 

“Intereses religiosos y también políticos” 

¿Detectaría en esta cruzada contra el aborto terapéutico, y de diputados que tildan de lesbianas y abortistas, mucha hipocresía o autenticidad en la creencia que dicen estar viviendo? 

No juzgo la autenticidad o no de sus creencias. Lo que juzgo son hechos y situaciones concretas. Juzgo sus acciones y éstas me parecen, en el contexto actual, acciones que significan mucho más peligro de muerte a mujeres y a familias y a niños, que un pleito por la vida de esta gente. Lo que juzgo son las cosas concretas que esto significa. Juzgo esta especie de cruzadas que hacen contra las mujeres. Me pregunto si no hay intereses políticos ahí, intereses religiosos que son políticos. ¿Cuáles? , no sabría decirlos todos, pero intuyo que hay algo como una dominación también de las iglesias por cuotas de poder. 

La iglesia quiere tener su parte en el dominio de las conciencias, que disputan entre unas y otras los espacios de poder para fieles. Creo que hay un temor muy grande, y lo subrayo, a la autonomía de las mujeres, que ya no bajamos la voz, para decir sí al poder religioso patriarcal. Nos tienen miedo, y por eso hacen esta cruzada en contra de nosotras. Hablan de las lesbianas, abortistas, de las locas, de las brujas. ¿Qué argumentos tienen en concreto? Nada, sólo calificativos que descalifican y no cualifican. 

Entrevista realizada por Edwin Sánchez.

 

FUENTE: http://cddnicaragua.blogspot.com/2011/09/defender-mejor-los-abortados-por-la.html

 

DOS PESOS Y DOS MEDIDAS: EL ABORTO PERDONADO EN MADRID. Por Ivone Gebara

Amigas y Amigos,

 

El siguiente texto de Ivone Gebara, escrito para Católicas por el Derecho a Decidir - Brasil, en el marco de la visita de Benedito XVI a Madrid, en la pasada Jornada Mundial de la Juventud 2011, responde desde el ser católicas y la defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, al decreto del cardenal y arzobispo de Madrid,  Antonio María Rouco Varela, por medio del cual anunció que las mujeres que hayan abortado y estén "verdaderamente arrepentidas" serán perdonadas y se les redimirá su excomunión, colocándoles "una penitencia conveniente". Esta absolución se extendería a los que han participado o autorizado abortos. 

 

Catolicas por el Derecho a Decidir - Colombia

Telefax: (57-1) 3272465

Diag. 43 Bis No. 15-71 piso 3

Bogota, D.C.

Colombia

www.cddcolombia.org

 

 

Dos pesos y dos medidas: el aborto perdonado en Madrid

De Ivone Gebara*

 

Con inmenso dolor, muchas mujeres católicas leyeron la noticia publicada en varios periódicos durante el pasado fin de semana, cuando la Arquidiócesis de Madrid anunció que, con la aprobación papal, autorizaba conceder perdón e indulgencia plenaria a las mujeres que confesaran haber realizado un aborto, por ocasión de la visita del papa. La impresión que tuvimos es que el papa, el Vaticano y algunos obispos suelen hacerles bromas de mal gusto a las mujeres. ¡No sabemos en qué mundo viven estos hombres, qué se creen que son ni quien piensan que somos!

 

Primero, conceden el perdón a quien puede viajar para asistir a la misa del Papa y que pase por el “confesiódromo” o por el conjunto de doscientos confesionarios blancos instalados en una inmensa plaza pública de Madrid llamada “Parque del Retiro”. El perdón de este “pecado” tiene lugar, día y hora señalada. ¡Solamente cuesta un viaje a Madrid para estar delante del papa! ¿Quién no haría tal esfuerzo, para ganar un privilegio tan grande? Basta tener dinero para viajar y pagar la estadía en algún hotel de Madrid y se podrá alcanzar el perdón de este pecado. Por eso nos preguntamos: ¿Qué alianzas tiene la práctica del perdón en la Iglesia con el capitalismo actual? ¿Cómo se puede vivir tal reduccionismo teológico y existencial? ¿Quién está obteniendo beneficios con ese comportamiento?

 

Segundo, tienen el atrevimiento de afirmar que el perdón de este “crimen inmundo” como ellos acostumbran llamarlo, solamente se concede por ocasión de la visita del Papa para que, en esa misma ocasión, las fieles pecadoras obtengan “los frutos de la divina gracia” confesando su pecado. ¿Cómo entender que una falta apenas se perdona cuando la autoridad máxima está presente? ¿No estarían reforzando el viejo y decadente modelo imperial del papado?  Cuando el Emperador está presente todo es posible, incluso la propia expresión de la contradicción en su sistema penal.

 

No quiero retomar los argumentos que muchas de nosotras mujeres sensibles a nuestros propios dolores, hemos repetido a lo largo de muchos años, en una breve reflexión como esta. Pero este acontecimiento papal madrileño, desgraciadamente, solo nos muestra una vez más, un lado todavía bastante vivo en el Vaticano, es decir, el lado de las disputas medievales, cuando se discutían asuntos sin la más mínima relevancia para la vida humana. Aún más, demuestra un profundo desconocimiento de los dolores femeninos, de los dramas que provocan situaciones de violencia en nuestros cuerpos y corazones.

 

Al conceder el perdón al “crimen” del aborto como siempre lo llaman, de manera elitista, revelan el rostro ambiguo de la institución religiosa, que es capaz de ceder a la estructura triunfalista cuando su credibilidad está en juego. Pueden bendecir tropas para matar inocentes, enviar sacerdotes como capellanes militares a las guerras siempre sucias, hacer afirmaciones públicas en defensa de la institución condenando pobres y oprimidas, abrir excepciones a la regla de sus compartimientos para atraer jóvenes alienados de los grandes problemas del mundo, para que formen el rebaño del Papa. La lista de usos y costumbres que han transgredido sus propias leyes es enorme…

 

¿Por qué reducir la vida cristiana a pan y circo? ¿Por qué dar un espectáculo de magnanimidad en medio de la corrupción de las costumbres? ¿Por qué crear ilusiones sobre el perdón, cuando el día a día de las mujeres está lleno de persecuciones y prohibiciones a sus opciones y competencias? 

 

Somos convidadas/os a pensar en el aspecto nefasto de la posición del papa y los obispos que se aliaron con él. El Papa no concedió perdón e indulgencia total o plena “urbe et orbe”, a todas las mujeres que practicaron un aborto, sino solamente a aquellas que se confesaron en aquel exacto momento y por ocasión de la visita del papa a España. ¿No es esto, una vez más, la utilización de las conciencias, especialmente de las mujeres, para fines del expansionismo de su modelo perverso de bondad? ¿No es, una vez más, abrir concesiones obedeciendo a una lógica autoritaria que quiere restaurar los antiguos privilegios de la Iglesia en algunos países europeos? ¿No es una formar de querer comprar a las mujeres, confundiéndolas con la supuesta magnanimidad de los jerarcas?

 

¿Será que las autoridades constituidas en la Iglesia católica y en otras Iglesias son todavía cristianas? ¿Son aún seguidoras de los valores éticos humanistas que enseñan el respeto a todas las vidas y en especial la vida de las mujeres?

 

Creo que una vez más somos invitadas/os a expresar públicamente nuestro sentimiento de repudio frente a la utilización de la vida de tantas mujeres como pretexto para mostrar la grandeza del corazón papal. Somos invitadas/os a hacer pública la corrupción de las costumbres en todas nuestras instituciones, inclusive en aquellas que representan públicamente nuestras creencias religiosas. Somos invitadas a ser el cuerpo visible de nuestras creencias y opciones.

 

Haciéndolo, no somos mejores que ninguna otra persona. Somos todas pecadoras y pecadores capaces de lastimarnos unos a otros, capaces de hipocresía y mentira, de crueldad y crueldad sofisticada. Pero también somos capaces de dividir nuestro pan, de acoger a la abandonada, de vestir al desnudo, de visitar al prisionero, de llamar a Herodes de mentiroso y asesino. Somos esa mezcla, expresión de nuestro yo, de nuestros dioses, de las espinas en nuestra carne, invitándonos y convocándonos a vivir más allá de las apariencias atrás de las que nos escondemos.

 

* La teóloga Ivone Gebara es doctora en Filosofía de la Universidad Católica de Sao Paulo y en Ciencias Religiosas de la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica. 

 

21 de agosto de 2011 

 

 

Traducción:

Janeth Lozano

Carlos Mario Vásquez