TERESA DE JESÚS NARRADORA de su lucha contra sus miedos a hacerse cargo de sí misma

Por Nancy Olaya Monsalve


Hay que saber leer eso de “es otro libro de aquí en adelante, otra vida nueva” (V 23,1). La misma Teresa sabe que lo que está viviendo cuando esto narra, está determinado por lo que vivió atrás; también que en esta “otra vida” ella se implicó toda entera, sabiéndose imagen y semejanza de Dios/a. Lo contrario sería una vida de marioneta y ni esa es Teresa, ni ese es el Dios que testimonia Teresa. En relación con lo dicho, está esa otra expresión: “Sea el Señor alabado que me libró de mí” (V 23,1) ¿De qué la libró? Pues bien, ésta es prácticamente la línea argumentativa que me orientará en este último trabajo y que inevitablemente, contiene elementos autobiográficos.

 

Por causa del sexo, a las mujeres se nos ha prohibido hacer, pensar y sentir. Por la misma razón se ha pretendido despojarnos de nuestro libre albedrio, es decir, de la capacidad para orientar nuestras vidas de forma que responda a nuestros valores, creencias, talentos y a la comprensión que tenemos de nosotras mismas. Toda esta historia pesa sobre cada una y sobre todas, en ella si sitúa irremediablemente el camino de discernimiento que vivió Teresa: “Yo, como en estos tiempos habían acaecido grandes ilusiones en mujeres y engaños que las había hecho el demonio, comencé a temer (V 23,2). Fuimos educadas en el temor y no estoy hablando de un problema filosófico, hablo de ese miedo a existir como individuas, separadas de los otros/as: “Pues estándome sola, sin tener una persona con quien descansar, ni podía rezar ni leer, sino como persona espantada de tanta tribulación y temor de si me había de engañar el demonio, toda alborotada y fatigada, sin saber qué hacer de mí” (V 25,17). En esas idas y vueltas, aprendió a “hacer de mí”, hacer de ella lo que tenía que ser y hacer. Esa fue entre otras cosas la obra liberadora de Dios/a en su vida y fue el fruto por excelencia de su camino de discernimiento: ¡APRENDER A VIVIR COMO PERSONA A PESAR DEL MIEDO!!! Veamos algunos rasgos de este aprendizaje.

 

  1. Comencé a temer Por otra parte una grandísima seguridad que era Dios, en especial cuando estaba en la oración… quedaba de allí muy mejorada y con más fortaleza” (V 23,2). Teresa contacta con una Voluntad Absoluta (Dios/a) que la invita a la confianza y que desea que exista enteramente ella misma, en su propia piel y en su alma. Su miedo se va rompiendo poco a poco en este proceso de relación con esa Bondad infinita de Dios-Jesucristo y que la libera de sus miedos. De hecho, el cristianismo es una respuesta específica al miedo que produce guiarse por las propias fuerzas, el temor a hacer opciones y tomar posturas personales, en vez de definirse a partir de las expectativas de los demás, o ¿de qué manera entender Getsemaní?
  2. Me determiné a tratar con una persona espiritual para preguntarle qué era la oración que yo tenía, y que me diese luz, si iba errada, y hacer todo lo que pudiese por no ofender a Dios… Está todo el medio de un alma en tratar con amigos de Dios” (V 23,4). Teresa (la mujer) deposita la confianza en los ‘otros-varones’. Socializada en un sistema patriarcal, donde las mujeres son eternas menores de edad, hacerse cargo y cuidar de sí misma, es la máxima transgresión al orden hegemónico androcéntrico y sexista. Aun así y no sin dolor, va aprendiendo que esta ‘pauta social’ no es incuestionable: “Entendí no eran por los medios que él me daba por donde yo me había de remediar… me maravillo, que siendo persona que tiene gracia particular en llegar almas a Dios, no fue servido entendiese la mía” (V 23,9).
  3. Sin tener persona con quien tratar, porque todos eran contra mí: unos me parecía burlaban de mi… otros avisaban al confesor que se guardase de mí; otros decían que era claro demonio” (V 25,15). En semejante situación, la autoestima de una mujer se tiene que ver afectada. Todo ello supuso para la Santa no sólo esfuerzo y perseverancia, sino una gran inteligencia para aprovechar cualquier oportunidad: “Dijo (Pedro de Alcántara) ser espíritu de Dios muy conocidamente… que en ninguna manera dejase la oración, sino que me esforzase mucho, pues Dios me hacía tan particulares mercedes… En todo me parecía hablaba en él el Espíritu Santo para curar mi alma, según se imprimía en ella” (V 23,16). “Dejóme consolada y esforzada, y el Señor que me ayudó y a él para que entendiese mi condición” (V 23,18). Santa Teresa reclama para sí, una experiencia humana universal, como es el coloquio de la persona con Dios. Sin soledad, sin oración no hay desarrollo de la autoestima. Encontrarse con Dios pasa por la búsqueda del sí misma en las circunstancias concretas, a pesar de la contradicción y el sufrimiento: “Díjome que uno de los mayores trabajos de la tierra era el que había padecido, que es contradicción de buenos, y que todavía me quedaba harto” (V 30,6).
  4. Estándome sola, sin tener una persona con quien descansar, ni podía rezar ni leer… espantada de tanta tribulación y temor de si me había de engañar el demonio… alborotada y fatigada, sin saber qué hacer de mí!... Estuve así cuatro o cinco horas, que consuelo del cielo ni de la tierra no había para mí…” (V 25,17-18). Los demonios pueden representar el conjunto de estados de ánimo que hacen imposible vivir de una manera personal: voces limitadoras y contradictorias, prescripciones y estereotipos de género, prejuicios sexistas y misóginos; todas esas fuerzas desgarran el yo. Y sin embargo, ella no se siente abandonada ni desamparada, antes bien, permanece bajo la especial protección de Dios/a: “Pues estando en esta gran fatiga, solas estas palabras bastaban para quitármela y quietarme del todo: ‘No hayas miedo, hija, que Yo soy y no te desampararé; no temas’… Heme aquí con solas estas palabras sosegada, con fortaleza, con ánimo, con seguridad, con una quietud y luz que en un punto vi mi alma hecha otra, y me parece que con todo el mundo disputara que era Dios… ¡Oh, qué buen Señor y qué poderoso!... Sus palabras son obras. ¡Oh, válgame Dios, y cómo fortalece la fe y se aumenta el amor!” (V 25,17-18). La liberación del miedo no se realiza de manera mágica o mediante una voluntad ética y moral, sino desde el encuentro con un Dios personal y absoluto que cataliza toda su capacidad de confiar y creer. De alguna manera fue comprendiendo que el encuentro con ella misma y el encuentro con Dios constituyen un único y mismo proceso de liberación.
  5. Porque entonces no me sabía entender como ahora, para saberlo decir, que después me lo ha dado Dios que sepa entender y decir las mercedes que Su Majestad me hace, y era menester que hubiese pasado por ello quien del todo me entendiese y declarase lo que era. El me dio grandísima luz” (Vida 30,4). Cuando una persona consigue vencer el miedo, se convierte en una fuente de luz divina para los demás. Nunca vemos a Dios, si no es por la humanidad de otras mujeres y hombres. En esa relacionalidad Teresa aprende a nombrar lo innombrable, hacer visible lo invisible, iluminar lo oculto y negado. Este tiempo que permanece con Dios y con los otros/as que le hacen de espejo, le permiten recuperar su sentido del yo y del alma, pero además la sostienen en sus proyectos, sus relaciones y su vida creativa en el mundo. Entre las personas que le ayudan en su proceso de discernimiento hay también mujeres, por ejemplo su gran amiga de empresa: “Pues como la viuda sierva de Dios… amiga mía… era testigo de mis aflicciones y me consolaba harto, porque era tanta su fe que no podía sino creer que era espíritu de Dios el que todos los más decían era del demonio, y como es persona de harto buen entendimiento y de mucho secreto y a quien el Señor hacía harta merced en la oración, quiso Su Majestad darla luz en lo que los letrados ignoraban. Dábanme licencia mis confesores que descansase con ella” (Vida 30,3).
  6. Es que vivía Dios en mí (V 23,1): Así comienza su relato de ‘NUEVA VIDA’. Ahora su sabiduría está entera, accesible, le otorga fuerza y confianza. Es el modo en que Dios/a se revela como persona en el fondo de ella y en cada uno de sus actos de afirmación como ‘MUJER’ y ‘MISTICA’. Este Dios/a que nos habita y que se hace sentir vivo/a en cada una de nosotras como un fuego inagotable, le hace expresar: “Plega al Señor que no sea yo de éstos, sino que me favorezca Su Majestad para entender por descanso lo que es descanso, y por honra lo que es honra, y por deleite lo que es deleite, y no todo al revés, y ¡una higa para todos los demonios!, que ellos me temerán a mí. No entiendo estos miedos: «¡demonio! ¡demonio!», adonde podemos decir: «¡Dios ¡Dios!», y hacerle temblar. Sí, que ya sabemos que no se puede menear si el Señor no lo permite. ¿Qué es esto? Es sin duda que tengo ya más miedo a los que tan grande le tienen al demonio que a él mismo; porque él no me puede hacer nada, y estotros, en especial si son confesores, inquietan mucho, y he pasado algunos años de tan gran trabajo, que ahora me espanto cómo lo he podido sufrir. ¡Bendito sea el Señor que tan de veras me ha ayudado!” (Vida 25,22).
  7. Tengo por muy cierto que el demonio no engañará -ni lo permitirá Dios- a alma que de ninguna cosa se fía de sí y está fortalecida en la fe” (Vida 25,12). Desde esta experiencia Teresa de Jesús puede dejar que desde su hondura esa sabiduría y poder creativo se manifiesten en su interior y exterior sin temor alguno. Ahora puede pasar del miedo a la autodeterminación: “Tengo por una de las grandes mercedes que me ha hecho el Señor este ánimo que me dio contra los demonios. Porque andar un alma acobardada y temerosa de nada sino de ofender a Dios, es grandísimo inconveniente... no ejecuta Dios como las gentes, que entiende nuestras flaquezas.” (Vida 26,1).

De todo lo anterior se puede colegir una determinada imagen de Dios/a, muy lejana a ese Dios de los varones que acompañaron a Teresa de Jesús en su camino de discernimiento. Voy a terminar con un escrito de una mujer de hoy, en sus palabras veo la imagen del Dios de Teresa y que de alguna manera es la mía:

 

De este silencio van emergiendo en mí nuevo nombre e imágenes del Misterio:

 

  • El DIOS COMPAÑERA y su insobornable complicidad e identificación con los anhelos más hondos de las mujeres, el Dios que “como parturienta jadea y resuella”(Is 42, 14-17) por el alumbramiento de las mujeres libres y plenamente dichosas, que carga con nosotras, nos cuida y amamanta generosamente (Is 66, 9-14), que no le importan las biografías intachables sino la pasión y la autenticidad del amor (Mc 14, 3-11).
  • LA SOPHIA COMPASIVA que nos habita, que es más íntima a nosotras que nosotras mismas, que se ha hecho una en nosotras y con nosotras, que es nuestra hondura misma, que es energía, sabiduría y poder creativo, engendradora de esperanzas y experta en reciclar fracasos, otorgadora de la lucidez de la inteligencia y el corazón (Sab 6, 7-28) y que se mantiene viva en nosotras como un fuego en el corazón que nada ni nadie puede apagar, que no nos resuelve la vida, sino más bien nos la complica, y que nos invita a con otras mujeres a pasar de la resistencia al Empoderamiento y a hacer del mundo una fiesta popular, un banquete inclusivo donde el delantal, la danza y la palabra circulen con libertad entre todas y todas” (Pepa Torres Pérez, Ap CJ en su escrito: “EL DIOS EN QUIEN CREO Y LA EVOLUCION DE MIS IMÁGENES SOBRE ÉL”).
  • Fuente:

http://mujeresyteologia.typepad.com/files/im%C3%A1genes-de-dios-para-vr-pepatorres.pdf.


 

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Comentarios: 17
  • #1

    Damary Vanegas (viernes, 20 enero 2017 23:23)

    Todos poseemos un yo, un motor, un alma ligada o un castillo interior que nos impulsan al miedo y cómo legado Teresa nos fortalece y nos invita a luchar y a convivir más con Dios en el silencios de la oración fortalecido así la amistad con él. "Nada te turbe nada te espante sólo Dios basta la paciencia todo lo alcanza".

  • #2

    Nancy del Socorro Olaya Monsalve (sábado, 21 enero 2017 10:01)

    Damarys gracias por tu comentario, no entiendo muy bien que quieres decir con que nuestra alma nos impulsa al miedo...??? Pero por otro lado estoy contigo cuando dices que la oración o ese trato de amistad con Jesús, nos fortalece y nos ayuda a soltar el miedo. Bendiciones y gracias por compartir.

  • #3

    Andres Rangel B. (sábado, 21 enero 2017 15:21)

    Educados y hasta dirigidos por los hilos de la cosmovision monosexual de la teologia, nada más alentador e inspirador que los valores alimentados por la eaperanzaanza de las teresas de nuestra transmodernidad. Sin embargo, muy a modo particular y no buscado por ellas, veo a manera ético utilitarista, la amenzante postura de estructuras sociales las cuales plantean los derechos femeninos para cumplir estadísticas pero en el fondo siguen siendo oprimidas y tipificadas como eternas menores de edad.
    Empresas cuyo cuadro organizacional muestra una linea monosexual femenino pero quien impone es un ex militar. En el plano político la ley de mejeres en las Listas de aspirantes a las corporaciones plantea un fenómeno de estudio y relectura social. Bienvenidas las teresas auténticas, intersubjetivas y holisticas en sus razones societanas.

  • #4

    Nancy del Socorro Olaya Monsalve (sábado, 21 enero 2017 19:31)

    Querido Andrés, gracias por tu comentario. Me identifico contigo, estamos muy lejos de tener la verdadera paridad en todo sentido. Los criterios de calidad exigidos a las empresas y organizaciones en general no dejan de ser una utopía lejos de alcanzar. Te pongo otro botón: en Colombia el salario de "una" profesional está muy por debajo de lo que recibe un varón; somos el 52% de la población y solo el 12% de nosotras ocupamos cargos de elección popular; y no hablemos de como está la mujer en las Iglesias...

    Pero retomemos la experiencia de Teresa, esta mujer consigue vencer el miedo y consigue ser luz para otras y otros. Teresa recupera el sentido de valia propia y acompaña a otros/as. Gracias por tu profundo comentario. Bendiciones!!!!

  • #5

    Damarys Vanegas (martes, 24 enero 2017 11:43)

    Me pareció interesante y me llamo mucho la atención también. Sobre los miedos de la santa que inicia en las primeras visiones que tocaban sus emociones y el miedo tiende a travesar su alma, la mente y el cuerpo que eran capaz de atravesar el cuerpo provocándole síntomas físico e incluso enfermedades, que atraviesa la mente mostrándole infinidad de visiones y pensamientos desagradable a la velocidad del rayo que le provocaban desfallecer y era incapaz de controlarla y el alma la hacía sentir con temor que pensaba no ser comprendida por sus confesores y se sujetó a la búsqueda de remedios natrales para que curaran su alma y para mí eso sería una de las relaciones al miedo la ansiedad o el pánico de estos motores podemos decir lo físico y lo mental cuando el alma está conectada a su fuente, cuando el alma siente “lo que es”. Y sobre todo el mal asechaba cuando estaba muy cerca de Dios y rociando con agua bendita y refugiándose en el silencio de la oración fue la única manera de contra restar el mal de su alma.

    Por eso pienso que la santa deja un buen legado a todas las mujeres que quieren despertar todo su deseo para poder vencer el miedo o los temores que existen en su mente y en su alma. Las santas las invitan a despertar y sólo hay una manera de sentirse una con el resto del mundo dentro de la oración y manteniendo la amistad siempre con Dios y manifestando su amor a los demás.

  • #6

    Nancy del Socorro Olaya Monsalve (martes, 24 enero 2017 13:58)

    Querida Damarys, gracias nuevamente por compartir en esta página, me encanta tu comentario, sobre todo esta idea: "cuando el alma está conectada a su fuente... siente “lo que es”". Hermosa idea, gracias por recordarnoslo. SENTIR LO QUE SE ES, es SENTIR QUE SOY!!! Y en ese lugar espiritual y energético, no hay dificultad que pueda detener a ningún hombre y ninguna mujer. GRACIAS!!!

  • #7

    Yoly (martes, 24 enero 2017 14:16)

    Santa grande. Santa adelantada para su tiempo. Mujer de amor a sí misma con su proceso espirital y de amor a Dios sintiéndolo en la humanidad del hombre y la mujer.

  • #8

    JIMENA (martes, 24 enero 2017 17:23)

    Infinitas gracias... hermoso y motivador...
    Es hermoso ver mujeres tan claras y con una intención de amor tan fuerte

  • #9

    Nancy del Socorro Olaya Monsalve (miércoles, 25 enero 2017 08:49)

    Yoly y Jimena, gracias por leer el artículo y sus hermosos comentarios. Santa Teresa de Jesús, mujer grande, que trasciende su espacio y tiempo, segura de si, de mente clara y corazón grande!!! Y lo mejor, ESA SOMOS CADA UNA!!! TU YOLY Y TU JIMENA!!! NO LO OLVIDEMOS!!!

  • #10

    Ronald del valle (miércoles, 25 enero 2017 09:10)

    Santa oracion de fortaliecimiento espiritual una lectura que nos llena de confor espiritual de amor infinito por nuestra santa el cual nos hace mucho mas fuerte espiritualmente gracias por este hermosa palabra amen

  • #11

    Nancy del Socorro Olaya Monsalve (miércoles, 25 enero 2017 09:15)

    Se nota querido Ronald que aún tienes alma teresiana!!! Nunca dejes de tomar el legado de nuestra Santa Madre. Somos sus descendientes y como tales, hacemos presente en estos tiempos su mensaje. Bendiciones!!!

  • #12

    Maria Jose (miércoles, 25 enero 2017 09:51)

    Gracias, Nancy, por este artículo en el que recoges un aspecto crucial de la experiencia teresiana. Expones muy bien ese doble aspecto de su vivencia que va del temor y la pusilanimidad a un valor experimentado como señorío gracias al Dios que se le manifestó, más poderoso que cualquier otra fuerza que pueda existir. Sobrecoge escuchar de sus labios palabras que son todo un reto y que nacen de una experiencia de libertad inusitada, más aún en una mujer de su tiempo: "Levántense contra mí todos los letrados; persíganme todas las cosas criadas, atorméntenme los demonios, no me faltéis Vos, Señor, que ya tengo experiencia de la ganancia con que sacáis a quien sólo en Vos confía” (V 25, 17).

  • #13

    Nancy del Socorro Olaya Monsalve (miércoles, 25 enero 2017 11:35)

    Gracias querida María José por tu comentario. Pones el zoom en esa experiencia de Dios en Teresa que la hizo libre y valiente, confiada y audaz. Su palabra es universal y nos habla de una profunda vivencia de transformación. Su oración se convirtió en la forma de sentir el poder de Dios en lo cotidiano y en sus afanes común y corrientes. Bendiciones!!!

  • #14

    Patricia Obando Angel (miércoles, 25 enero 2017 17:51)

    Admirable Mujer Santa! Valiente al enfrentar con sutil firmeza lo que tratan de hacer parecer exclusividad masculina. La femineidad ésta presente en la santísima Trinidad, en la Última Cena, en la montaña, en la Palabra. Me encantó Nancy, cómo va cambiando lentamente mi percepción de la Religión cuando haces analogías cómo estás! Un abrazo de corazón ♥

  • #15

    Nancy del Socorro Olaya Monsalve (miércoles, 25 enero 2017 20:27)

    Querida Patricia, las personas más versadas en el Teresianismo actual, están de acuerdo en un punto muy importante: Santa Teresa escribe desde un marco socialmente aceptable con el fin de que su mensaje pueda llegar a las personas de su época. Como bien dices, fue muy sutil e inteligente. Ella es consciente de su condición de mujer, sin embargo se atreve a narrar su experiencia desde la fuerza que la misma divinidad despertaba en ella. Teresa nos cambia la imagen de Dios!!! Esa es ELLA.

  • #16

    Miguel Angel Aguilar Arreola (lunes, 13 febrero 2017 21:57)

    La teóloga queer Marcella Althaus - Reid en su: "teología indecente", nos advierte de la importancia que deben tener lxs teologxs (aquí yo incluyo místicxs también) salgan de sus armarios personales, esas barreras que no permiten hacer teología desde lo que somos y que solo producen espiritualidades esquizofrénicas. A mi parecer Teresa queda muy lejos de eso, y ella misma nos invita (en mi caso me empuja) a salir de los armarios, de las trincheras, de los fingimientos, los miedos a vivir la experiencia de Dios desde lo que somos, desde nuestras realidades, nuestrxs cuerpxs y nuestros deseos.

    Teresa sin duda es una mujer que no negaba su realidad, sus miedos (presentes a la hora cautelosa e inteligente de escribir), pero logra superarlos, logra caminar con ellos e integrarlos para hacer desde ahí una obra que perdura. Quisiera pedir a Teresa ese profetismo valiente, indecente (por que subvierte los paradigmas de su época y aún de la nuestra).

  • #17

    Nancy del Socorro Olaya Monsalve (miércoles, 15 febrero 2017 09:25)

    Querido Miguel Ángel, me encanta tu comentario. Me encanta sobre todo ese concepto de "Salir de los armarios, las trincheras, los fingimientos, los miedos a vivir desde lo que somos, desde nuestras realidades, nuestrxs cuerpxs y nuestros deseos". En esto Santa Teresa es una PIONERA!!! Gracias por compartir!!!